Aquellas noches en el Castillo

Han vuelto a abrir el Castillo de San Sebastián en Cádiz. Esto parece una inocentada, pero es verdad. Después de seis años de cierre, la gente se había resignado a que el castillo se derrumbara. No estaba visitable para el público, se decía. Con Kichi en la Alcaldía casi nada de las murallas y baluartes que quieren convertir en patrimonio de la Humanidad estaba visitable. En realidad, es que Cádiz estaba poco visitable en todo lo que dependía de aquella corporación municipal progresista y adelantada a su tiempo. Pero miremos hacia adelante, no sólo hacia atrás. Porque al Castillo de San Sebastián sólo le han hecho un remiendo.

Mejor eso que nada. Blanca Flores, que es la subdelegada del Gobierno, tiene sensibilidad cultural, y eso debe favorecer que el Gobierno central colabore en la reparación del castillo. Costas y el Ayuntamiento han mantenido una porfía histórica. Han realizado obras de emergencia, pero queda mucho trabajo.

En el castillo está el faro de Cádiz. No el restaurante que fundó Gonzalo Córdoba, sino el faro propiamente dicho, que destella luces tenebrosas en el horizonte invisible de las noches de tempestades, cuando Cádiz se intuye desde el mar como un buque fantasma varado entre la melancolía de una niebla ajena a la realidad.

Además del faro con sus destellos, en el castillo hay casamatas, donde organizaban exposiciones en los tiempos de Teófila en la Alcaldía. Abrir el castillo con una exposición de Picasso hubiera estado bien. O aunque fuera de pintores de los que pintan con inteligencia artificial los carteles carnavalescos. Algo para potenciar la cultura. Allí todo está desperdiciado. Existe una capilla, pero sin misas, y sin cofradías.

Por supuesto echamos muy en falta aquellos Conciertos para la Libertad, que organizaban en el castillo de San Sebastián desde 2008, en aquellos tiempos de Teófila en la Alcaldía. Pasamos de los Festivales de España en el Teatro José María Pemán a los Conciertos para la Libertad en el Castillo de San Sebastián. Aunque en el Pemán y allí cantaban más o menos los mismos: Joan Manuel Serrat y algunos más. Este verano podrían haber venido Aitana, Rosalía, Lola Índigo, Abraham Mateo, Manuel Carrasco, o la despedida de Andy & Lucas, tampoco le vamos a hacer la programación. Algo que fuera sonado. Pues no sólo de música vive el verano, pero en aquel tiempo previo del Bicentenario organizaron incluso conciertos nocturnos gratis en la playa Victoria con famosos artistas.

El Castillo de San Sebastián vuelve a abrir, enhorabuena, pero necesita una utilidad.