Enrique García-Máiquez

Nudo poder

Su propio afán

09 de marzo 2025 - 03:06

Estamos viviendo –como en una maldición china– tiempos interesantes. Con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, estamos conllevándonos un puñetazo al tablero internacional y a la economía. Abundan los análisis monocromos, donde se insulta al personaje o se le ensalza. Creo que hay matices, que en cosas acierta y en otras se equivoca o se extralimita.

Y luego están los hechos crudos que no deberían admitir discusión. La realidad es que en su manejo de la negociación con Zelenski asistimos (unos lo aplauden, ya digo, y otros lo silban) a un despliegue descarado de nudo poder. Estados Unidos tiene el dinero y las armas, y ha de hacerse, por tanto, lo que él diga. “Aquí y en Holanda/ el que paga manda”, como reza el ordinario refrán. Zelenski se resistió a la imposición, pero enseguida ha visto que no hay más tu tía que la CIA. Que Europa a estas alturas no puede. Y ha vuelto diciendo “Sí, bwuana” a Trump, qué remedio. Los que aplauden califican esto como talento negociador de Trump y los que silban lo llaman carácter autoritario. Ambos tienen razón. Hay un magnífico consejo de Alain: «No seas nunca insolente más que de forma deliberada y con un hombre más poderoso que tú». Trump cumple la primera parte, pero no la segunda. Con la misma técnica, la de tener él, como tiene, todos los ases en la manga, también se ha impuesto en Panamá, y a ver qué hace con México y hasta en Groenlandia.

Podemos discutir de ética y estética, pero más urgente es entender. Trump nos muestra el poder en su versión más descarnada. Poderoso caballero…, suspiraría don Francisco, con barroco desengaño. A mí, el poder me gusta menos desnudo, más revestido de diplomacia, derecho internacional y hasta de buenas maneras; pero es lo que hay.

En Alemania han visto la importancia perentoria de fortalecer tanto su capacidad militar como su economía. Sin bromas. Se han puesto ya. Han comprendido que no se puede dejar el poder a Estados Unidos, porque Trump, como el casino, juega para la casa sin engañar a nadie: America first! Con el American fist. De que Europa aprenda está lección depende nuestro futuro. Se pinchó la burbuja multicolor de los mundos de Yupi, y estamos aterrizando en el áspero mundo. “Le temps du sérieux revient(enfin) en politique”, esto es, “Ya es hora de que la seriedad vuelva (por fin) a la política”, ha escrito Julien Rochedy, entre aliviado y estremecido, como todos.

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