Con la venia
Fernando Santiago
Pelotas y chivatos
Su propio afán
La novedad del segundo debate fue que los candidatos casi no hablaron de sus padres. La presidenta se arrancó, pero paró pronto, y no nombró para nada, extrañamente, la profesión de su progenitor. Tampoco Juanma Moreno mentó a su padre emigrante; ni Antonio Maíllo al suyo, talabartero; ni siquiera Susana sacó a relucir esta vez a su padrino, que también es fontanero. ¿Por qué?
¿Se habrán percatado de que ya nos lo tomamos a guasa? En las redes sociales se cruzaban apuestas sobre la aparición de los gremios de un momento a otro. Pero mejor seamos generosos: tal vez ellos también han visto feo presumir tanto y, sobre todo, así. Como si para envanecerse nada más que sirviesen los oficios manuales.
Esos políticos, como Manuel Chaves o Alfredo Pérez Rubalcaba, que eran hijos de militar, no fardaban tanto de las profesiones de sus padres. Tampoco se ve a menudo a un político recordando a un padre directivo de empresa o propietario rural. Sólo a última hora y por todo lo contrario, Jordi Pujol ha sacado a la palestra los negocios de banca de su progenitor. Vende, en definitiva, un padre humilde; y es un signo de estos tiempos, dados a la demagogia. Porque quieren un padre humilde -del que presumir-, no serlo ellos. Ojalá nos enorgulleciese a todos cualquier trabajo honesto, importante o no, alto siempre, si bien hecho. No es el caso, como vemos, sino un esnobismo inverso. Los nuevos hijosdalgo son los que pueden alardear de padres proletarios.
La otra cosilla rara es que no hablan de sus madres, ¡con lo que es una madre! ¿Será posible -me malicio y me escandalizo- que incomode que fueran amas de casa? Serían las paradojas del feminismo figurón. Termina estando mal enorgullecerse de una mujer que hace el trabajo más importante, digno y hondo que existe, que es madre de sus hijos y señora de su casa. Qué cosas.
Aunque quizá sea más sutil. ¿Habrán avisado a Susana Díaz de que tanto fontanero -siendo tan respetable el oficio- puede terminar en gotera metafórica? Susana no viene dando su mejor cara los debates; ni tampoco en los mítines ni en la gestión. Así las cosas, alguien podría acabar diciéndole: "De casta le viene al galgo" o "De tal palo, tal astilla". Porque lo cierto es que, hoy por hoy, ha demostrado que donde ella de verdad resulta insuperable es en las maquinaciones internas del partido y la política. Que es lo que viene llamándose "fontanería", precisamente.
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