
Envío
Rafael Sánchez Saus
Un día en la Fernando III
La ciudad y los días
La política sobre inmigración, a lo que parece, la dictan Vox y Junts allí donde tienen fuerza para retorcer el brazo al PP, caso de Valencia, o al PSOE, caso de España. Con la diferencia de que pactar con Vox pasa factura al PP, facilitando que lo asimilen a Vox y a la extrema derecha europea, pero hacerlo con Junts no se la pasa al PSOE, al que no le contaminan sus pactos y cesiones a los reaccionarios catalanistas de Puigdemont. El dogma de la infalibilidad progresista y ética de la izquierda lo impide.
Después de reunirse con el Rey tras las elecciones de julio de 2023, Pedro Sánchez dijo: “Solamente hay una mayoría parlamentaria posible, una mayoría progresista liderada por el Partido Socialista Obrero Español”. Esa “mayoría progresista” incluía a la derecha nacionalista moderada del PNV y a la derecha reaccionaria y supremacista de Junts, al igual que a la izquierda populista que cogobierna con ellos o a Bildu. Todo es lícito si se hace en nombre del progreso, sin que importe que los hechos lo desmientan. Y acertó. Dos años después la cosa le funciona pese a que aspectos esenciales de la política española estén dictados por Junts y su líder prófugo desde Waterloo o Suiza. Y los militantes y la mayoría de los votantes socialistas tragan. Con la excepción del verso suelto García Page, que ha dicho una de las pocas verdades oídas estos últimos días sobre la cuestión del reparto de menores inmigrantes: “Salta a la vista que el Gobierno no tiene política de inmigración. Todo son parches. No voy a admitir lecciones de solidaridad ni de los que pactan con la ultraderecha de Vox ni de los que pactan con la ultraderecha independentista con un supremacista identitario como es Puigdemont”. Mientras a Sánchez le salen gratis sus cesiones a Junts, el PP pagará caro no saber, querer o poder quitarse a Mazón de encima y el nuevo pacto de este con Vox. No ha aprendido la lección de su desplome entre mayo y julio de 2023 a causa, precisamente, de su errática y descoordinada política con Vox, especialmente en Extremadura y en Valencia, donde Mazón, como ha recordado Cristina Pardo, dejó estas elegantes palabras para la historia: “Yo cuento con que, no es que vayamos a ganar, es que vamos a sacar mayoría absoluta. (…) En el peor de los casos tendríamos que chupársela a uno de Vox, que vienen aquí a tocar los cojones”. “Pues dicho y hecho”, remató con gracia Cristina Pardo.
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