Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Recordoba el otro día con una amiga a Saturnino (¿?), aquel paisano que se dedicaba a poner largos mensajes con rotulador por las paredes , donde dejaba sus reflexiones, a veces disparatadas. Es probable que hoy día utilizaría alguna red social para expresar sus puntos de vista, quizás así daría rienda suelta a su expresividad, puede incluso que mucha gente leyese sus opiniones. Me acuerdo mucho de él cuando veo que hay gente que pone en una red social sus sentimientos, la mayor parte de las veces hacia una persona con la que convive. Siempre pienso, al contrario de lo que decía Emilio López: no lo escriba, dígaselo. Si quieres mucho a tu pareja, a tu hijo, a tu madre, no lo pongas en Facebook, díselo, es un asunto que solo os compete a vosotros ¿Qué se pretende con que todos leamos lo que quieres a tu mujer?¿que pensemos de ti lo bueno que eres, lo buen padre, buen marido o buen hijo? Yo lo que pienso es que eres un impúdico, que lo que deberías hacer es expresar tus sentimientos a la persona que tienes al lado en lugar de decírnoslo a todos. Igual es que yo soy muy pudoroso y no escribo lo que siento, solo lo que pienso, que no cogería el rotulador de Saturnino ni escribiría reflexiones en las paredes como no lo hago en lo que llaman una red. Vale que la gente ponga fotos de sus viajes, de sus fiestas, de sus reuniones, para eso están las redes sociales, por eso se apellidan así. Antes si alguien estaba muy enamorado de su pareja le escribía unos versos, yo a la mía le escribía cartas, porque hace más de 40 años no había móviles, estábamos a expensas del cartero.
Otro que ha usado las paredes gaditanas para decir sus puntos de vista es Adolfo, de Los Pabellones. Durante años era para reclamar lo que se llamaba plaza multiusos, el eufemismo para decir una plaza de toros que, afortunadamente, Beltrami mandó tirar y Teófila jamás cumplió su promesa de hacer. Llenaba las paredes con carteles de su reclamación, que luego se transformó en una lucha contra las colillas en la playa, carteles que terminaban con el inefable “¿ok?”. Otros que dan la brasa con carteles son los de Cádiz Resiste, en esa campaña fruto de la desinformación contra las viviendas de uso turístico, que han encontrado eco en unas pocas decenas de gaditanos como si ese fuera el problema de vivienda que aqueja a la ciudad desde el chabolismo vertical que dijo Añoveros, hace más de 50 años. Estos chavales han descubierto la rueda y han encontrado sus 15 minutos de fama. A todos les digo lo mismo: para no ensuciar las paredes de la ciudad, escríbanlo en las redes sociales, que seguramente lo verá y difundirá más gente de la que leen en las paredes . Deben ser apreciaciones viejunas, ya sé.
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