Reducción de jornada

15 de julio 2024 - 03:04

El derecho a la pereza” fue uno de los libros fundamentales en el desarrollo del marxismo, escrito por el yerno de Carlos Marx, Paul Lafargue, encargado en su momento de la introducción de la Primera Internacional en España. Este libro se basa en el concepto de que la reducción de la jornada laboral debe ser un empeño sustancial del movimiento obrero, culminado con la reivindicación de los Mártires de Chicago a favor de las 40 horas semanales. La lucha por la reducción de la jornada laboral es una idea con cerca de siglo y medio de trayectoria. Ahora el Gobierno ha rescatado la idea para proceder a rebajar la jornada en diferentes fases hasta las 37,5 horas, lo que ha provocado la reacción de la patronal por boca de su presidente, Antonio Garamendi, que ha llegado a decir que esa reducción serían 12 días más de vacaciones pagadas por las empresas. Lo que ahora llamamos ocio , secuencia natural desde las ideas de Lafargue, se produce porque una gran masa de trabajadores empezaron a disfrutar de tiempo libre gracias a jornadas más reducidas y vacaciones pagadas. De ahí se pasó al desarrollo de la industria del entretenimiento , de la que el turismo es una de sus bases, hoy casi la quinta parte de la riqueza de la provincia, a pesar de que algún loco se manifieste en su contra (para luego ser turista-instagramer por esas ciudades del mundo). Quizás la contradicción entre el hecho de que el aumento del tiempo libre genera turismo y por lo tanto clientes, LLORECA no ha abierto el pico, en contra de la habitual tendencia de su presidente, tan locuaz de costumbre. Es raro porque si hay un sector de largas jornadas y sueldos escasos, es la hotelería, con honrosas excepciones. Hay cientos de casos que ríanse ustedes de Nacho Cano, con miles de camareros con contratos de media jornada y horarios extenuantes, a veces de 12 horas con un breve descanso, necesitados quizás de aquellos calcetines “especiales para camareros” que vendía el Peña por los bares . Algunos hosteleros se extrañan de no encontrar camareros, lo inexplicable es que haya gente disponible . En Madrid y otras grandes ciudades quienes ocupan esos empleos son migrantes que han llegado a España en pateras o cayucos, otros por Barajas con visa de turista, como los presuntos becarios de “Malinche”. Aquellos de Vox que se alarman por la inmigración no estarían dispuestos ni a trabajar de camareros ni, por supuesto, a recoger fruta o verdura. Con sueldos de 100 mil euros al año, algunos de los consejeros de Vox se han negado a marcharse, como aquel que fue comunista y amigo de Alberti en su juventud, hoy en el gobierno de Castilla y León, Gonzalo Santonja, aferrado al cargo como una vieja a un columpio.

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