El tiempo en la fotografía

28 de junio 2024 - 03:05

Fuimos el tiempo que perdimos. Somos el tiempo que pasamos. Todo el tiempo depende de un instante. Y así la vida es una colección de imágenes que recordamos, y se mueren cuando las olvidamos. Por eso, la fotografía es un arte mayor, aunque esté subestimada, porque la puede hacer cualquiera. También cualquiera puede escribir o pintar. Lo difícil es hacerlo bien y aportar algo. La fotografía es arte con los buenos fotógrafos. Manolo Torre Urseguía es un gran ejemplo que tenemos en Cádiz. Ya es octogenario y sigue con su máquina. Su exposición El tiempo recuperado, que puede verse en el edificio de Cultura (antiguo Rectorado) de la calle Ancha, nos muestra otro Cádiz y a las gentes que vivieron y vinieron aquí.

Una foto es un intento de congelar el tiempo. Un momento que resultará perpetuado mientras alguien lo vea. Todo lo que no se ve es como si no existiera. Manolo Torre presenta en esta exposición un doble testimonio, dividido en dos secciones: Sesenta años de fotografía y Retratos para el recuerdo. Es decir, los acontecimientos y las personas. No sólo los acontecimientos relevantes, sino también esa vida cotidiana que pasa ante nuestros ojos. Y no sólo los famosos que vinieron a Cádiz, sino también a gaditanos significativos y populares.

Manolo Torre es un personaje peculiar. Ha ganado más de 500 premios, pero es cotidiano, es un Proust fotográfico de Puntales, que toma café en el bar Liba. En esta exposición/homenaje hay fotos en las que él aparece como protagonista. Manolo es de esas pocas personas que nunca cierran los ojos cuando posa para una foto. Quizá siempre los tiene abiertos para ver el mundo. Un fotógrafo no es sólo su cámara (o su teléfono móvil, en estos tiempos), sino sobre todo sus ojos, el primer ingrediente para una buena foto.

En esta exposición de Manolo Torre brilla un trabajo que se podría decir periodístico, y que no es exactamente eso. Aunque colaboró con medios, no ha sido un fotoperiodista según se entiende, ni tampoco un fotógrafo de profesión. Ha sido (y es) un artista, que convierte en testimonio gráfico lo que ve, y que capta el tiempo con vocación de eternizarlo. En su exposición podemos ver un siglo XX en blanco y negro, en su mayoría fotos realizadas con los antiguos carretes, tiempo del revelado, antes del smartphone, cuando las imágenes se captaban como artesanía, o como arte mayor, según.

Esperamos una segunda exposición, dedicada a la belleza. El tiempo es efímero, la belleza también. Y, sin embargo, una foto puede resumir una vida, más allá de la muerte.

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