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¿Réquiem por Muface?
La Rayuela
El 23 de mayo de 1981 se produjo en Barcelona uno de esos sucesos que podría no haber pasado de protagonizar unas cuantas jornadas informativas. Fue el atraco frustrado del Banco Central, en el que estuvieron retenidos más de 200 rehenes durante 37 horas. Los hechos están de plena actualidad 43 años después porque han inspirado uno de los últimos éxitos de Netflix. Y porque el asunto parece tener mucha más miga de lo que el Gobierno de Calvo-Sotelo admitió entonces ante la opinión pública de este país.
Según esta ficción basada en hechos reales y en el testimonio del jefe de los atracadores bastantes años después, detrás del robo había motivos políticos, la sustracción de unos documentos sobre el intento de golpe de Estado de aquel mismo año, el 23F, que podrían comprometer a nombres claves en la transición democrática del país y que aún hoy mantienen su relevancia pública.
El personaje clave en esta historia, tal y como aparece en la serie, es Emilio Alonso Manglano, que fue el jefe de los espías españoles desde 1981 a 1995. A este militar que provenía de la etapa del Franquismo se le reconoce hoy como uno de los artífices del encauzamiento del Ejército español en democracia, la llamada transición militar. Sean cuales fueran sus métodos, hay quienes le reconocen la modernización del Cesid, después llamado CNI, y esa pacificación de los cuarteles tras el intento de Tejero. A pesar de todo, tras su retirada y hasta su fallecimiento en 2013, se convirtió en una de esas personas a evitar porque transmitía toxicidad. Parecía un hombre de otro tiempo, cuando ciertas soluciones expeditivas, la reserva y el silencio se creían necesarios para acabar con las tinieblas de la dictadura, por contradictorio que parezca.
Tantas décadas después de aquella transición, España sigue siendo tierra de espías, espionajes y asuntos turbios con realidades delirantes. Es posible que lo llevemos en el ADN, porque hasta el papa más maquiavélico de la historia era de origen nacional. Estos días podemos transitar de la ficción de Netflix, con Manglano, el 23F y los documentos secretos, a los informativos diarios con protagonistas como Koldo, Ábalos y Víctor de Aldama tirando de una manta que –dice él– cubre al presidente Sánchez; magistrados que investigan al fiscal general del Estado o denuncian al rey emérito; o el socialista Juan Lobato y sus whatsapp ante notario, que ponen patas arriba al partido de gobierno a pocas horas del inicio de su congreso federal. Y los españoles, tan entretenidos siempre.
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