La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
LA pasada semana tuvimos la sensación de salir del letargo de buenas noticias que esta pandemia no nos permite recibir. Los medios de comunicación informaban que, finalmente, el Consejo de Administración de ADIF había adjudicado las obras de la conexión ferroviaria del Muelle de la Cabezuela-Puerto Real con la red nacional. El proyecto, informaban los medios, lo ejecutará la UTE formada por Dragados y Tecsa, con un plazo de ejecución de 24 meses.
Noticia esperada y deseada durante décadas, porque ,aunque el que lea estas letras no lo pueda creer, desde APEMAR y la CEC, venimos luchando porque esta obra se lleve a cabo desde los años 90. El siglo pasado, que lejos queda ya… Años, en los que sin desfallecer, hemos defendido que es una infraestructura fundamental para nuestro Puerto y, por tanto, para la economía de nuestra castigada Bahía. Hemos hecho lo indecible para conseguir que se nos oyera a todos los niveles, haciendo correr ríos de tinta en escritos que veíamos como caían en saco roto, reuniones en las que oíamos como nos daban la razón, palmaditas en la espalda y esperanzas que se diluían en el mar.
En el Plan de Empresa de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz del año 2007 aparecían presupuestadas las obras de los ramales interiores del ferrocarril que uniría el Muelle de La Cabezuela-Puerto Real con la red nacional. Estas obras finalizaron en 2009. Con los deberes hechos por parte de la APBC, han debido pasar doce años (más los dos que, si todo va bien, deberemos esperar para su consecución) para ver fin a la petición de construcción de unos ramales de 4,402 kilómetros. Mientras, las vías interiores del muelle duermen esperando cumplir su cometido de llegar a destino.
Durante todo este tiempo, hemos ido pasando por una gran cantidad de vicisitudes que no han parado de sucederse desde que el proyecto comenzara su marcha: partidas millonarias aprobadas en Consejos de Ministros que nunca llegaron; sentencia de Tribunal Supremo por la que se paralizaron las obras del polígono de Las Aletas, por donde debían transcurrir las vías; suspensión de pagos de una de las empresas adjudicatarias; trámites administrativos que debían volver a repetirse, etc. En definitiva, un sinfín de sinsentidos que, a pesar de todo, no han conseguido que tirásemos la toalla.
Importante es tener en cuenta, según los datos aportados por la APBC, que en el año 2020 el Muelle de la Cabezuela-Puerto Real ha seguido liderando el movimiento de mercancías en la Bahía de Cádiz, con un 58 % del total, a pesar del descenso que debido a la pandemia ha sufrido con respecto a 2019. El tráfico de graneles líquidos movió 1,271 millones de toneladas y los graneles sólidos 1,44 millones de toneladas.
Con estas referencias, que se vienen repitiendo anualmente, se tiene que entender nuestra lucha para que se ponga en valor, para que se mime y se rompa una lanza a favor de las firmas que se ubican en el recinto portuario de La Cabezuela-Puerto Real, que siguen apostando por mantener y conseguir nuevos tráficos, a pesar de ser plenamente conscientes de que los costes que sufren se abaratarían considerablemente si las mercancías pudieran ser transportadas por ferrocarril en vez de por carretera, sin mencionar las garantías medioambientales que esto supondría y que nos llevarían por un camino que sería largo de abordar.
No podemos, tampoco, dejar de apreciar todas las inversiones y mejoras realizadas tanto por parte de las empresas como por parte de la APBC, que siguen apostando por nuestro Muelle a día de hoy.
Queremos finalizar estas líneas con la esperanza de que dentro de dos años la línea ferroviaria esté conectada y lo podamos ver con nuestros ojos, así como destacar que durante este periplo, que ha durado décadas, los empresarios hemos estado acompañados por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz y sus sucesivos presidentes. El impulso final de la actual presidenta, Teófila Martínez, y también el apoyo de Salvador de la Encina durante su etapa al frente de Puertos del Estado. No podemos, ni debemos, olvidar la labor incansable de los presidentes que han pasado durante estos interminables años por APEMAR, así como de la organización cúpula de los empresarios gaditanos: la CEC.
Muchas gracias a todos.
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