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Ignacio F. Garmendia
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El balcón
Alos 35 años de caer el de Berlín otro muro empieza a separar a Europa de su antiguo aliado americano. Los estadounidenses han concedido un poder casi absoluto a un multimillonario errático, mentiroso, pendenciero, condenado por falsedad documental, orgulloso machista, autoritario y golpista. Trump ha conseguido mayoría popular y territorial, controla el Senado y la Cámara de Representantes y tiene el favor del Tribunal Supremo. La política exterior no ha influido en una decisión marcada por la subida de los precios, la inmigración masiva y las agendas social o medioambiental de los demócratas. Pero el resultado sí que tendrá gran influencia en la UE, que teme batallas arancelarias, problemas de seguridad y auge de la ultraderecha.
Majda Ruge, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, especula sobre cuál de las opciones del Partido Republicano seguirá el presidente, la de quienes piensan que Estados Unidos puede librar varias guerras simultáneas, la de reducir por completo sus compromisos militares globales, o la de su vicepresidente JD Vance: priorizar el despliegue de su ejército en la disuasión a China y dejar que los países ricos de Europa, en particular la debilitada Alemania, se ocupen de defender a Ucrania. Eso supondría reducir el capítulo agrícola y de cohesión en los presupuestos nacionales y comunitarios en la UE.
Los 27 están hechos a la idea. Tras la Conferencia de Seguridad de Munich de febrero, Vance escribió que “Estados Unidos no necesita clientes, sino aliados”. Por esas mismas fechas Trump advirtió que “animaría a Rusia a hacer lo que le diera la gana” con los países de la OTAN que no cumplan con un gasto del 2% del PIB en presupuesto de Defensa. [Ni Francia (1,9), ni Italia (1,7), ni Alemania, (1,6), ni España (1,5) cumplen]. En abril el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, propuso crear un fondo de 100.000 millones de euros en bonos para compras conjuntas de material militar.
El informe de Draghi de septiembre sobre competitividad advertía que los europeos hacen dos tercios de sus compras de defensa en Estados Unidos. Trump querrá conservar tan buenos clientes. Hace dos semanas el finlandés Niinisto propuso que un 20% del próximo presupuesto de la UE [35.000 millones de euros al año] se dedique a defensa y protección civil. En paralelo, Ignacio Cembrero cuenta en El Confidencial que Argelia invertirá en defensa 23.000 millones de euros en 2025 y Marruecos 12.383 millones. España está por debajo de Argel y ha concentrado en Andalucía los dos principales cuarteles generales operativos de sus fuerzas terrestres y navales, en Sevilla y Rota.
A partir del 18 de enero, sectores como el olivar o el vino se pueden ver perjudicados por una espiral arancelaria. Y políticos disruptivos, como la triple A española que forman Abascal, Alvise y Ayuso, se beneficiarán del efecto contagio de Trump. Vienen malos tiempos para el estado del bienestar europeo.
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