Tum Tum ¿quién es?

En los años 70, en el estanque ornamental situado frente a las Puertas de Tierra, había una colonia de patos que según la estética del momento debía mejorar la imagen a la entrada del Casco Histórico. El Ayuntamiento adquirió la costumbre de celebrar todas las recepciones en el Torreón, desde el Homenaje al Comparsista a cualquier otra cuchipanda municipal, en una época en la que en lugar de croquetas había gambas y langostinos, con las correspondientes leyendas urbanas sobre la habilidad de los munícipes para pelar los crustáceos. Así el pueblo soberano acuño la expresión: delante están los patos, detrás los que se ponen jipatos y después los que pagan el pato. Recordaba esta frase porque el Equipo de Gobierno ha descubierto la rueda: se puede pasear sobre las Puertas de Tierra, lo ofrecen como un hallazgo, cuando allí hubo hace unos años un chiringuito, creo que se llamaba La Jaima, porque era una especie de tienda desmontable que estuvo de moda un tiempo. El Ayuntamiento le ha cogido el gusto a montar un show cada vez que reabre algo, como si hubiéramos alcanzado el pleno empleo o una vacuna contra la imbecilidad, sea en las Puertas de Tierra o en San Sebastián siempre hay gente ociosa disponible para cualquier sarao, por si hay croquetada, nunca se sabe. Por supuesto está fantástico que se abra ese paseo, que se ejecute la inversión de 4 millones prevista para rehabilitar la parte de la muralla que es de responsabilidad municipal, así al menos se podrá exigir al Gobierno de España que cumpla con su parte ya que las murallas de Cádiz, además de ser un patrimonio singular de la ciudad, protegen a Cádiz de los embates del mar. Desde hace siglos la ciudad es socavada por la acción del mar en el Campo del Sur y se suceden los rellenos en la parte de la Bahía. El Baluarte de San Nicolás fue el último tramo de murallas que se perdió para siempre. Las murallas de Cádiz han sido el ejemplo para muchas otras que se hicieron a lo largo del vasto imperio español en Santiago de Cuba, La Habana, Cartagena, Veracruz, Manila, Portobelo y tantos otros lugares, la mayoría Patrimonio de la Humanidad. Muchos ingenieros que hicieron su trabajo en Cádiz trasladaron su experiencia a esas ciudades: Cristóbal de Rojas, Ignacio Salas, Antonelli padre e hijo. Como recordaba Rafael Garófano, las murallas de Cádiz deberían tener una consignación anual permanente para su mantenimiento si queremos conservarlas para las generaciones venideras. Hace bien el Ayuntamiento en rehabilitar las Puertas de Tierra, debe seguir con los baluartes de San Roque y Santiago, lo primero que ven quienes llegan por tren son esos bajantes mamarrachos con un aspecto asqueroso.