Notas al margen
David Fernández
Los reyes del eufemismo
La Junta de Andalucía unió las consejerías de Turismo y Cultura, pero después las separó cuando Juanma Moreno reformó su gobierno. Era una unión inconveniente. Mucho mejor sería crear una macro consejería de Turismo y Vivienda. Porque el turismo y la vivienda (en Andalucía, en particular, y en España, en general) están directamente relacionados. De modo que las medidas deben ser coordinadas. Abordar la turistificación como enemiga de la vivienda, o limitar el turismo en las ciudades, obliga a decisiones que no se pueden adoptar a tontas y a locas. Pues no sólo hay votos en juego. También muchos millones de euros.
En estos días fríos de enero, el turismo y la vivienda están en la plenitud de la actualidad. El turismo porque empieza Fitur, la madre de todos los figuroneos. La vivienda porque de repente al PP y al PSOE se les ha ocurrido que es un problemón. Como si no lo fuera desde que le estalló la burbuja inmobiliaria a Zapatero en 2007 y se frenó la construcción de pisos. Por desgracia, vemos que el turismo y la vivienda se abordan desde posiciones demagógicas.
El turismo internacional se gastó en España más de 126.000 millones de euros en 2024. Gracias al gasto de los turistas sigue Pedro Sánchez en la Moncloa. Porque sin el turismo este país estaría prácticamente arruinado y la gente protestando por las calles. Gobierne quien gobierne, al turismo hay que cuidarlo. En 2024 llegaron a España 94 millones de turistas, lo que supone un récord histórico. Y en 2025 se espera que aumente, hasta el punto de que los más optimistas creen que se podría superar el listón de los 100 millones de turistas (es decir, más del doble de la población de España).
Todo eso repercute en la vivienda. Una parte cada vez más considerable de los turistas se aloja en pisos, con la consiguiente repercusión en los precios de alquiler y la despoblación de los centros históricos. La invasión turística genera ingresos, pero también más gastos en los servicios municipales y autonómicos. Una parte de los extranjeros no viene sólo de turismo, sino que se quedan a vivir en España, gracias al clima que tenemos a pesar del calentamiento. Y también gracias a los servicios públicos que reciben al convertirse en residentes. No sólo vienen pobres inmigrantes, también ricos, y eso favorece el consumo y el empleo.
Sobre esto PSOE y PP, y también Sumar y Vox, se han dejado guiar por un populismo electoralista ajeno a la realidad. No existe ni se busca una planificación coherente.
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