Juan Manuel Marqués Perales

La única autoridad sale de la sombra

Crónicas levantiscas

09 de febrero 2025 - 03:06

Juan Espadas hubiera preferido que otra persona le sustituyese, pero la siguiente en el orden estricto de la lista electoral es Verónica Pérez –la única autoridad– y no hay ninguna razón para que esta sevillana de San Juan de Aznalfarache no regrese al Parlamento andaluz, a la misma Cámara donde ella consiguió que las mujeres de baja maternal pudieran delegar el voto. Fue a consecuencia de una bochornosa sesión donde el PSOE, entonces mayoritario, perdió una votación porque ella estaba en el hospital a causa de su reciente maternidad, otra socialista había ido al extranjero a recoger a un hijo adoptivo y una más estaba enferma de cáncer. Lloró de rabia aquel día y, posteriormente, conseguiría lo que hoy es habitual en casi todos los Parlamentos, la delegación de voto por causa mayor.

Juan Espadas se marcha al Senado y deja el escaño donde ha sido líder de la oposición durante esta legislatura, porque es el proceder terapéutico en este tipo de relevos. Nadie desea “tutelas ni tutías” que diría Manuel Fraga, ni eméritos que pastoreen como patriarcas. María Jesús Montero, con buen criterio, se ha negado a saltarse a Verónica Pérez, que desde septiembre de 2016 estaba a la sombra a causa de aquel episodio tragicómico de la calle Ferraz donde se proclamó única autoridad del PSOE en un momento en que más de la mitad de la Ejecutiva federal había dimitido para defenestrar al primer Pedro Sánchez. Su amiga Susana Díaz le dio aquel empujón que puso el prólogo a tres días de bochorno que este partido querría borrar de su historia.

Una de las virtudes de Montero es su neutralidad ante las banderías internas, la vicepresidenta fue ajena al PSOE hasta el año 2008, por lo que no ha llegado viciada de origen familiar, aunque durante aquellos días de Ferraz todos, incluida ella, tomaron partido. Se olvida pronto, pero en esa ocasión el PSOE sí que se abrió en canal para favorecer la Presidencia de Mariano Rajoy en una operación que demuestra que los socialistas no siempre se comportan como los populares cuando están en la oposición, cuando al PP le da por romper los pactos de Estado, incluidos los del terrorismo, aunque tras aquella votación generosa también estaba el interés de Susana Díaz por acabar con Sánchez.

Nueve años después hay una cierta reconciliación entre los contendientes, Pérez ha purgado en exceso aquel error que truncó una carrera deseada toda su vida, desde que a los 13 años comenzó a ir a los mítines en su pueblo. La política es muy cruel con sus actores, el teatrillo también se cobra sus víctimas.

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