La lógica del chantaje

Editorial

19 de enero 2025 - 03:08

Desde el principio de la legislatura quedó claro que el partido del fugado de la Justicia Carles Puigdemont no tenía otro objetivo que utilizar sus decisivos siete escaños para extorsionar al Gobierno de Pedro Sánchez y demostrar, cuando lo considerase conveniente, que tiene la sartén por el mango. Así ha sido desde la investidura y no hay razones para pensar que esta política se vaya a modificar, sino todo lo contrario. La exigencia de que el Congreso tramite una petición para que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza entra en esta lógica de la que el Ejecutivo no ha logrado escapar. Es momento de que Sánchez se plantee si con un socio así merece la pena continuar adelante con una legislatura que bordea de forma permanente la parálisis. El hecho de que por segundo año consecutivo sea imposible llevar a las Cortes un proyecto de Presupuestos Generales del Estado es sintomático de una situación imposible de gestionar. No vale el argumento de que con Presupuestos prorrogados se puede funcionar y llevar proyectos al Congreso. La escasa actividad legislativa demuestra que no es así. Además, la elaboración y presentación de los Presupuestos no es una opción que el Gobierno pueda elegir o descartar a su conveniencia, sino una obligación constitucional que no se puede obviar. A estas alturas no queda ninguna duda de que los apoyos parlamentarios del Gobierno son de una tremenda inestabilidad y además responden a la lógica perversa del chantaje. Sánchez acierta esta vez al no plegarse a las exigencias de Puigdemont para la cuestión de confianza. Pero ello no oculta que la legislatura en estas condiciones es inviable.

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