El PP de Feijóo, tres años a medias

Alberto Núñez Feijóo acaba de cumplir sus tres primeros años al frente del Partido Popular. Su llegada, desde la Xunta de Galicia que gobernaba con mayoría absoluta, resolvió la crisis de liderazgo que supuso la presidencia de Pablo Casado y puso orden en un partido que se desangraba en disputas internas. Esos objetivos se cumplieron sin demasiados problemas y hoy nadie discute que Feijóo es el referente de los populares y su principal baza electoral. Sin embargo, el balance que se puede hacer de estos tres años arroja tanto luces como sobras. El principal reproche que cabe hacerle, como reconocía el propio Feijóo el pasado fin de semana en Sevilla, es que, aunque ganó las elecciones de julio de 2023, no pudo conseguir su objetivo de arrebatar a Pedro Sánchez la Presidencia del Gobierno. Mientras el candidato socialista logró armar una inestable, pero amplia, mayoría de investidura, el del PP solo tenía la alternativa de Vox. La pésima gestión que hizo el PP de los acuerdos con el partido de ultraderecha en ayuntamientos y autonomías en las semanas previas a las elecciones impidieron, posiblemente, que el PP obtuviera el respaldo necesario para gobernar. Vox sigue siendo, hoy por hoy, el único asidero político del PP, pero al mismo tiempo es su principal problema. Junto a ello, el que existan baronías regionales, como la de Madrid y la de la Comunidad Valenciana, que parece que juegan en ligas diferentes a la de la dirección nacional restan efectividad a un partido que no es capaz de aprovechar los errores muy graves que está cometiendo Pedro Sánchez en esta legislatura. Junto a estos déficits, es necesario admitir que el PP tiene en Núñez Feijóo un líder capaz de medirse de tú a tú con Pedro Sánchez y al que todas las encuestas dan oportunidades altas para convertirse en presidente del Gobierno. Los próximos meses serán decisivos para que esas expectativas se consoliden o el Partido Popular se quede, una vez más, a medias.