El PSOE andaluz no lo tiene fácil

Editorial

22 de febrero 2025 - 03:04

El congreso que el PSOE de Andalucía celebra este fin de semana en Armilla tiene como objetivo fundamental la consolidación de un liderazgo fuerte en la persona de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Desde este punto de vista, el encuentro socialista es hasta cierto punto una catarsis tras un largo periodo caracterizado por la pérdida de identidad y por el desorden interna en la que la organización se hundió tras la pérdida de la Junta de Andalucía en 2018 y, sobre todo, tras el triunfo por mayoría absoluta de Juanma Moreno en las elecciones de 2022. El socialismo andaluz necesita un rearme ideológico que lo convierta en una oposición efectiva y con mensaje claro en una Andalucía donde el dominio político del PP es, hoy por hoy, abrumador. Pero se equivocará María Jesús Montero si interpreta que esos objetivos se pueden conseguir con una política de confrontación y descalificación como la que domina en los últimos años la escena nacional. El PSOE andaluz tiene un problema fundamental: su falta de conexión con la sociedad andaluza, que se refleja tanto en la baja intención de voto que le conceden todas las encuestas como en la comodidad con la que la región ha encajado el gobierno de una fuerza de derechas tras casi cuatro décadas de dominio de la izquierda. La Andalucía de 2025 es diferente de la de 2018. La estabilidad institucional ha funcionado a lo largo de estos años como un factor que no puede ser desdeñado. El PSOE no pude ignorar que le queda todavía un trecho importante para dejar atrás su travesía del desierto y que su primera misión es formular un mensaje con el que se puedan identificar las amplias capas de población que en el pasado le dieron su apoyo. No lo tiene fácil. Pero ese debe ser el objetivo con el que salga del congreso de Armilla. El principal partido de la oposición en Andalucía no puede permitirse el lujo de seguir cometiendo errores.

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