La situación insostenible de Mazón

Editorial

01 de marzo 2025 - 03:06

La mayoría de las más de 220 víctimas mortales que se cobró una dana a su paso por Valencia, el 29 de octubre pasado, ya habían fallecido cuando se lanzó a la población el mensaje de alerta a través de los móviles. Es una de las conclusiones que se extraen del sumario que instruye el juzgado de Catarroja, que trata de delimitar las presuntas responsabilidades penales en las consecuencias de esta tragedia. Los SMS se emitieron a las 20:11 de aquel día y los testimonios de decenas de familiares y amigos de las víctimas sitúan las desapariciones entre las 19:00 y las 20:00. La Administración no estuvo a la altura y pese a que disponía de medios técnicos suficientes para advertir a la población reaccionó cuando lo inevitable ya había sucedido. A partir de aquí se pueden y deben establecer los distintos grados de inoperancia y el papel que jugaron todos los organismos públicos y sus dirigentes, que debieron responder con agilidad y coordinación ante un escenario que podía derivar en catástrofe. Pero el primer responsable político es el presidente de la Comunidad Valenciana. Durante cuatro meses hemos asistido a todo tipo de excusas y dilaciones para conocer cuál fue la razón por la que no estuvo al frente de la crisis desde el primer minuto y por qué no reaccionó. Mazón continuó con una comida con parte de Valencia inundada e incluso cuando algunos medios especulaban con el temor a la rotura de una presa. Un error imperdonable que en su momento debió asumir directamente con su dimisión. Su última versión señala que llegó al centro de coordinación de emergencias 17 minutos después de que se emitiera la alarma. Todo ello para desvincular su presencia del funcionamiento del Cecopi. Los intentos de diluir su ineficacia en las aviesas intenciones del Gobierno de Sánchez no impide que resulte insostenible que continúe como presidente autonómico.

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