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España es un país donde el sector del transporte marítimo ha tenido un gran peso a lo largo de toda su historia. Por su singular orografía -es el Estado de la Unión Europea con más kilómetros de costa-, así como por su situación geoestratégica tan singular, en el eje central de las principales rutas comerciales, España se ha consolidado como nexo de referencia entre el mercado europeo y los continentes de África, Asia, América del Norte y Latinoamérica.
Todo ello explica el importante papel que representa este sector para el desarrollo económico del país. Así, de acuerdo con los datos publicados por Puertos del Estado, la actividad económica vinculada a las instalaciones portuarias de nuestro país genera aproximadamente el 8,7% del PIB español y una tasa del empleo del 1,23%.
Estos porcentajes de impacto económico y mano de obra empleada se traducen en unos volúmenes de manejo de carga que han batido en el último año un verdadero récord histórico. Los puertos españoles cerraron 2017 con un movimiento de 532 millones de toneladas de mercancías, lo que supone un crecimiento del 7,4% con respecto al ejercicio anterior.
Todos estos datos confirman el papel de España como potencia comercial y su posición como uno de los mayores países exportadores por vía marítima en el mundo. Sin duda, uno de los sectores que más ha contribuido a potenciar este perfil exportador es el del reefer. Es decir, el de las mercancías refrigeradas.
Los datos atestiguan la importancia de este tipo de tráfico dentro del conjunto de la red portuaria española, tras haber obtenido un incremento del 9% a lo largo del último año. Esta evolución revela la preeminente posición que hoy ocupan los puertos españoles como especialistas en el manejo y gestión de las mercancías refrigeradas. Un mercado que ha crecido considerablemente en todas las radas de nuestro país y que, gracias al esfuerzo realizado por las autoridades portuarias regionales, ha impulsado el desarrollo de nuevas y modernas instalaciones. Sin duda, éste es el caso del puerto de Algeciras.
Este puerto concentró en 2017 un tráfico de 4,01 millones de toneladas de frutas, hortalizas y legumbres, lo que supuso el 39% del total de este tráfico en el conjunto de los puertos españoles. Pero este porcentaje no es producto de la casualidad. En los últimos años, la dársena andaluza ha optimizado su negocio logístico de perecederos gracias a la innovación y a las posibilidades de conectividad que ofrece la rada en su oferta de líneas regulares entre Asia y América.
No en vano, el puerto de Algeciras se erige como centro principal de operaciones de la compañía Maersk en España. Desde allí, el líder mundial del transporte marítimo de contenedores en el mundo desarrolla innovadoras soluciones que ayudan a impulsar la exportación de las mercancías refrigeradas españolas y andaluzas. Por ejemplo, gracias al empleo de las más modernas tecnologías, Maersk implantado un sistema que permite mejorar la trazabilidad y la gestión de los embarques de la carga refrigerada.
De este modo, la naviera danesa ha logrado convertir un contenedor de carga en un dispositivo digital que ofrece información en tiempo real sobre la localización exacta, la duración de las baterías o las condiciones climatológicas del interior del contenedor, tales como la temperatura, humedad y ventilación. Avances todos ellos que resultan de vital importancia en el caso de las mercancías perecederas.
Sin duda, todas estas innovaciones que llegan desde el Puerto de Algeciras, tanto a nivel público como privado, marcan el camino a seguir a la hora de responder de la mejor posible a las necesidades de las grandes compañías y pymes españolas que eligen el transporte marítimo como vía de internacionalización para su negocio.
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