La tribuna
Mayordomo 4.0
La tribuna
Estoy francamente contento con Paco, mi nueva ayuda doméstica que lleva una semana conmigo. A Pupu, mi chihuahua, también se le ve feliz con él. Sabe tratarlo como si fuera yo y eso para mí, es importante. Aunque es cierto que tiene la manía de tomarse un descanso cada dos horas, Paco está en constante actividad: pone la lavadora y tiende la ropa, pasa la aspiradora con esmero, sin estorbar; sabe eliminar el polvo de los rincones más intrincados que, con mi alergia, es crítico o sirve la mesa con educación y estilo, como a mí me gusta. Aunque lo mejor, sin duda, es su habilidad para cocinar las recetas de mi abuela a la perfección. La otra noche, sin embargo, tuve que reprenderle. Le dije que las croquetas me gustaban muy fritas, casi quemadas. Su tono de voz bajó y su voz sonó plana y temblorosa al responderme que así no me sentarían bien las croquetas, que la acrilamida o los hidrocarburos aromáticos policíclicos que se producían al quemarlas eran potencialmente cancerosos y que mi salud se resentiría antes o después. Encomiable. ¡Quién me iba a decir que le estoy empezando a coger cariño a este robot!”
Este episodio no es en su totalidad ciencia ficción. Al contrario, podría estar sucediendo ahora en diversas partes del mundo, exceptuando quizá lo referente a las croquetas de la abuela. Se trata de robots humanoides, creados para imitar las formas y funcionalidades de un ser humano. Con una característica singular, como es la movilidad, se suelen dividir en dos grupos. Están los diseñados para el ámbito industrial, programados para realizar una o varias tareas específicas. Aquí el ambiente está controlado y el medio se suele adaptar a ellos. El otro grupo está configurado para entornos domésticos, más proclives a la acción y, según versiones, a la interacción social y ayuda, con vocación de mayordomos. Dado que cada hogar es un microcosmos único, es difícil estandarizarlos y han de tener habilidades especiales, normalmente en modo multitarea. De ahí que ahora se estén desarrollando humanoides con modernos modelos generalistas VLA, que compaginan visión, lenguaje y acción.
Actualmente existe un centenar de humanoides en desarrollo por parte de un número creciente de empresas fabricantes, no sólo norteamericanas y asiáticas. También Europa, incluida España, está en la carrera por construir este tipo de robots, aunque como era imaginable, China es la que está pisando fuerte, en tecnología y en precio. Los vídeos que circulan mostrando las habilidades de estos robots no dejan de asombrar, pero en realidad, hay muy pocos en fase comercial. Un ejemplo es el robot doméstico G1 de la china Unitree, cuya versión básica se puede adquirir en España por unos 20 mil euros. La carrera no va a ser rápida, pues hay aún muchos obstáculos por resolver, entre ellos la autonomía que deben proporcionar las baterías, elemento nuclear de un robot, aunque están evolucionando con celeridad.
El otro reto es desarrollar el software que les permita ser autosuficientes. Los nuevos modelos de lenguaje (LLM) que ha traído la IA generativa están permitiendo un cambio de paradigma en el funcionamiento de estos nuevos humanoides de propósito general. Ya no se programan para realizar tareas concretas mediante imágenes etiquetadas, sino que están dotados de modelos preeentrenados que permiten el aprendizaje de nuevas tareas con gran rapidez. Por otra parte, estos modelos dotan al robot de un nivel superior de comunicación con el ser humano, más versátil, que los hacen más cercanos a nosotros.
Esta industria está bendecida por los inversores y su proyección a futuro es muy prometedora. El CEO de Nvidia predice un mercado de cifras millonarias en las próximas décadas. Los gigantes tecnológicos están viviendo la fiebre y lanzando cada uno sus propios prototipos a la vista del inmenso y jugoso mercado. Sectores potenciales son, por ejemplo, la atención al cliente, el entretenimiento, la seguridad y rescate, la industria manufacturera o el cuidado de mayores. A pesar de las alarmas, la población en países desarrollados está envejeciendo paulatinamente. En Japón y USA, los robots ya interactúan con los mayores desde hace años. Países latinos, como Italia o España, recurre a la población inmigrante para estas tareas, pero la situación puede no ser sostenible. Los robots no van a sustituir a los cuidadores, pero pueden acompañar a los mayores.
Vista la evolución de los precios y la autonomía en los cada vez más competitivos automóviles eléctricos y la mejora constante de los modernos modelos de lenguaje de IA, es posible que en una década los veamos más a menudo. Un futuro con millones de robots, coches autónomos y fábricas automatizadas es más que previsible
También te puede interesar
La tribuna
Mayordomo 4.0
La tribuna
Los gozos y las sombras
Una traición inaceptable
La tribuna
Ante una nueva era