La tribuna
La paz en Ucrania
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Convertir la política en un espectáculo provoca situaciones abruptas y desconcertantes: dos jefes de Estado, uno de ellos presidente de los Estados Unidos y otro presidente de Ucrania se enfrentan, con tono subido, sobre el futuro de Ucrania ante periodistas y medios de comunicación. Trump, anfitrión de la reunión, pudo parar una discusión que conducía a un callejón sin salida pero quizás prefirió un ejercicio de humillación para saldar cuentas pendientes con Zelenski. Lo ocurrido no es una anécdota; ¿cómo se puede actuar de este modo cuando está en juego el destino de un país y la vida de muchas personas?
Con Trump entramos en una nueva era en la que la fuerza y la amenaza se convierten en los medios de acción, en un mundo dividido en zonas de influencia, en detrimento de la diplomacia, la negociación y la cooperación multilateral entre los estados. Ya no puede sorprender que el consejero áulico de Trump, Elon Musk, haya pedido la salida de EEUU de la ONU y de la OTAN. En este contexto se sitúa un posible acuerdo de paz. Antes de la campaña electoral a la Presidencia de EEUU, el Partido Republicano de Trump consideraba que Ucrania tenía poco interés para EEUU y que la seguridad europea ha “sido una distracción al principal desafío estratégico de contrarrestar a China como aspirante a la hegemonía mundial”. Hace unos pocos días, Trump declaró, desde la ignorancia, que “la UE se creó para joder a EEUU”. Para Trump Europa no es importante, lo que explica su resistencia inicial a incluir a los países europeos en la mesa de negociación. Pero más bien la cuestión es que a Trump no le interesa que Europa sea importante y en esto coincide con Putin. Cuando hablamos de Ucrania conviene recordar que la aportación de Europa junto a la de EEUU han sido claves para defender a este país de la agresión de Putin y para fortalecer la seguridad europea frente al expansionismo de Rusia. Si hoy puede hablarse de condiciones para un acuerdo de paz en Ucrania, ha sido por el esfuerzo económico y militar de EEUU y Europa, para defender a Ucrania. Por eso, el mayor error geopolítico que puede cometer Trump es prescindir de la alianza con los países europeos en la búsqueda de una solución para Ucrania. El problema actual en el escenario de negociación es que EEUU ha dejado de ser un aliado de Ucrania y de Europa para convertirse en un “falso intermediario neutral” que, en la practica, se sitúa al lado de Rusia mas que para apaciguarlo para repartirse el botín: la mitad del territorio para Putin y la mitad de los minerales estratégicos para Trump. A lo largo de los últimos días ha quedado clara la posición de Trump: Ucrania es la responsable de la guerra; en consecuencia debe ceder los territorios ya ocupados por Rusia; no puede entrar en la OTAN (en la UE ya se verá); y no hay garantías de seguridad para evitar una nueva agresión de Rusia. Es decir, entrega por adelantado a Rusia los factores claves –seguridad y territorio– para el acuerdo de paz. Zelenski teme que por muchos acuerdos que firme Putin, éste nunca aceptará la soberanía nacional de Ucrania, estado al que considera en su área de influencia. Cuando en 1994 (Protocolo de Budapest) Ucrania cedió su armamento nuclear a Rusia, este país no respetó las garantías de seguridad establecidas para Ucrania. Lo mismo ocurrió con los Acuerdos de Minsk (2014-2015) después de la ocupación de parte del territorio por Rusia.
Después de la reunión en la Casa Blanca (Trump ha retirado la ayuda militar a Ucrania) aumentó la incertidumbre sobre el futuro de un acuerdo pero, aun con el riesgo de pecar de optimista, también ha provocado el efecto positivo de motivar la iniciativa de los países europeos para presentar un plan de paz para Ucrania; plan que será difícil que Trump no tenga en cuenta. Queda por ver el alcance estratégico de la relación entre EEUU y Rusia pero lo que esta ocurriendo evidencia que la seguridad de Europa y Ucrania ha pasado a ser ya una responsabilidad europea. Probablemente, Europa necesitará el apoyo temporal de los EEUU para desarrollar su capacidad de disuasión ante cualquier ataque pero su obligación es ocupar el vacío que va a dejar este país. Europa no debe renunciar a la alianza con EEUU, pero como señala Friedrich Merz, próximo canciller alemán, Europa debe alcanzar su “independencia de los EEUU” y articular su propia defensa integral.
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