Jesús Jordano Fraga

Trumpeando

La tribuna

11312456 2025-03-11
Trumpeando

11 de marzo 2025 - 03:05

El mundo ha cambiado desde que el Presidente Trump y su vicepresidente, Vance, en un reality, humillaron a Zelenski y dinamitaron la relación atlántica que ha sido el soporte del mundo libre los últimos cien años. Ver esa “buena televisión” –así calificó en directo Trump lo sucedido– no tiene precio. Todo transcurre plácidamente hasta el minuto 48 en que todo se tuerce y se inicia la desagradable discusión que todos hemos visto azuzada sobre todo por Vance con una chulería indescriptible. En esa discusión hay momentos cómicos, como cuando Trump se gusta a sí mismo tras decir que “Obama dio sábanas y Trump misiles Javelin” y lo repite. O cuando se equivoca en la fecha de la invasión rusa a Crimea (2014) que discute al propio Zelenski y dice (“bueno, yo no estaba”). No estuvo acertado Zelenski entrando al trapo delante de los medios. Creo que es igualmente irreal por su parte plantear una reparación por quien no ha sido derrotado. Y Versalles en la Primera Guerra Mundial muestra que exigir reparaciones, incluso a derrotados, siembra nuevas guerras. Hoy le han cortado la vital información de inteligencia y los suministros militares. Trump en campaña había anunciado ese giro respecto a la política del anterior presidente Biden. Creo que nadie puede decir que en esto Trump haya engañado.

En realidad esa posición aislacionista de Estados Unidos no es nueva. Philip Roth en su novela The Plot against America (La conjura contra América llevada a una excepcional miniserie por David Simon) fantasea una distopía con el aviador Charles Lindbergh, presidente de los Estados Unidos amigo y simpatizante de los nazis. Trump no ha inventado el America First. El lema fue creado por el presidente Wilson en 1916 prometiendo mantener a Estados Unidos neutral en la Primera Guerra Mundial. También fue defendido por el America First Committee con Henry Ford a la cabeza de este grupo de presión no intervencionista con miembros destacados como Elizabeth Dilling, Gerald LK Smith, y el propio Charles Lindbergh. Suele olvidarse que tras el ataque a Pearl Harbour en 1941, Henry Ford y Lindbergh abandonaron el America First Committee y se comprometieron con el esfuerzo bélico industrial, creando Henry Ford el B 24 Liberator en una de sus fábricas de coches reconvertida y participando en más de 50 misiones de combate el aviador.

He de reconocer que tras ganar las elecciones Trump no sentí el miedo de la primera vez. Pensaba que al igual que en su primer mandato se rodearía de buenos asesores que frenarían sus impulsos y extravagancias. Esta idea hoy se desvanece tras el espectáculo del Despacho Oval, los presuntos aranceles impuestos a Canadá y nuestra nación hermana México y el apagón de información de inteligencia a Ucrania.

Yendo al fondo del asunto, aunque las formas del presidente Trump sean más que deplorables, es difícil no coincidir en algunas de sus ideas fundamentales. Ucrania no puede ganar la guerra contra Rusia. No tiene ni los recursos humanos ni económicos para ello. En realidad, como muestra la historia, nadie puede derrotar en una guerra de desgaste a Rusia. No lo consiguieron ni Napoleón ni Hitler, que acabaron diluidos en la inmensidad de Rusia. Por repugnante que nos resulte no cabe librar una guerra perpetua contra Rusia con el coste humano que esto supone. Fuentes citadas por el Wall Street Journal estiman que 280.000 combatientes (200.000 rusos y 80.000 ucranianos) han muerto en Ucrania desde el 24 de febrero de 2022 y 800.000 han resultado heridos (400.000 en cada bando). Quien escribe esto tiene hijos en edad militar. Supongo que los lectores de mi generación recordarán la canción de Paul Hardcastle 19, éxito en 1985. Diecinueve se repite machaconamente de fondo en la canción. Diecinueve es la edad media de los 50.000 muertos en la guerra de Vietnam y supongo que también será cercana en la de Ucrania. Trump quiere parar la guerra de forma pragmática. Creo que en esto acierta porque ¿cuál es la alternativa? Si no se puede vencer en una guerra a Rusia ¿cuál es el plan? ¿una guerra perpetua? Y no olvidemos que Rusia posee un gigantesco arsenal nuclear ¿Alguien piensa que admitiría una derrota convencional, si es que ello fuera posible?

El nuevo America First aboca a Europa a incrementar el gasto militar, lo que solo es posible con más deuda, más impuestos y menor gasto en cosas que hasta ahora hemos considerado y que son prioritarias. Como decía Publio Flavio Vegecio, “Si vis pacem, para bellum”, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Mi sueño es que como Ford o Lindbergh, Trump abandone el aislacionismo y se alíe estratégicamente con la libertad.

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