El Ejército, su otra vocación
200 gaditanos de distintas profesiones son reservistas voluntarios, una figura creada en España hace una década y que tiene aún retos por delante
Desde magistrados, neurocirujanos a albañiles o personas en paro. Civiles de distinta condición y de todo tipo pero que tienen algo en común: su vocación y ganas de servir en el Ejército. Son los reservistas voluntarios, "personas que desean aportar, de forma voluntaria y temporalmente, sus capacidades, habilidades y conocimientos, en las diferentes misiones que llevan a cabo las Fuerzas Armadas", define Defensa en su página web.
Pese a la tradición de esta figura en otros países como Estados Unidos o el Reino Unido, en España se cumple ahora una década desde la aprobación de su primer reglamento y sigue siendo relativamente desconocida. En la provincia son algo más de doscientos, según cuentan desde la asociación Ares, la que agrupa a la mayor parte de reservistas voluntarios en España. Su portavoz en Cádiz, José Ramón Cué, es por ejemplo trabajador de la banca pero cuando el Ejército lo requiere pasa a ser un suboficial del TEAR en San Fernando.
Como el resto de reservistas, unos 5.100 en todo el país, ha obtenido su puesto en una convocatoria del Ministerio de Defensa donde se ofertan plazas concretas y se plantean unos requisitos y pruebas mínimas a superar (no tener antecedentes penales, baremo de méritos, test psicotécnico, entrevista personal...). Según los estudios del candidato se podrá optar a entrar como oficial, suboficial o tropa, con 58 años de edad como límite de edad. Una vez obtenida la plaza habrá un periodo de familiarización con la vida militar de un mes donde se formarán los aspirantes. Y cuando termine dicho proceso, jurarán bandera y un compromiso mínimo de tres años con las Fuerzas Armadas.
Seguirán siendo civiles, sólo serán militares cuando se les active, es decir, cuando el Ejército les necesite para ejercer en sus unidades de destino elegidas por un espacio de tiempo, normalmente para formación o adiestramiento, raramente será para combate, al menos hasta ahora. "No estamos para sustituir a ningún profesional, sino para complementarlos, para ayudarlos. Aquí nadie está por dinero sino por la vocación de servir de forma desinteresada", explica Cué.
De los 205 gaditanos que son reservistas voluntarios actualmente- han llegado a ser 250 -, 47 son mujeres, un porcentaje mayor que en el Ejército profesional. En total, 112 pertenecen a Tierra, 67 a la Armada, 13 a Aire y otros 13 a cuerpos comunes, precisamente donde esta figura puede resultar más interesante, ya que agrupa a los oficiales con diversos cometidos según su titulación, como el Cuerpo Jurídico Militar, Cuerpo Militar de Intervención o Cuerpo Militar de Sanidad. De hecho, "de las pocas activaciones que ha habido este 2013 destaca la de médico en el Líbano y, sobre todo, las de la UME, la Unidad Militar de Emergencias, para los incendios de este verano". Las pocas activaciones es uno de los asuntos que desde Ares piden mejorar. "La crisis ha hecho mella en todo, también en los presupuestos de Defensa, y eso lo hemos padecido especialmente, ya que en 2011 se recortaron las activaciones y este año apenas se ha activado el 10%. Queremos ser útiles".
La relativa juventud del modelo en España conlleva a que aún no se haya consolidado y haya retos que afrontar. Por ejemplo, unas mejores garantías laborales para cuando un reservista es activado y, por tanto, dejar por unos días su puesto de trabajo. "La Ley nos protege pero no lo suficiente y a la hora de la verdad tenemos que coger los días de nuestras vacaciones o excendencias. En otros países hay medidas de bonificación fiscal para las empresas, que hasta se enorgullecen de tener un reservista como trabajador", manifiesta. Desde la asociación buscan por ejemplo que se creen las microactivaciones o que se les utilice para servicios especiales. "En Francia no es raro ver a parejas de un profesional y un reservista patrullando para reforzar la seguridad de puntos sensibles".
Ares desarrollará esta semana en Sevilla un encuentro para analizar los diez años de reservismo, lo que se ha conseguido y lo que queda por lograr. Mientras, desde la asociación en Cádiz se trabaja para que los reservistas mantengan un contacto y se sigan formando, una formación que consideran importante. Con la Subdelegación de Defensa en Cádiz, de la que dependen, mantienen una buena comunicación y les ha tramitado en varias ocasiones la utilización de las instalaciones del Retín para varias de sus actividades.
Cuando nació el primer reglamento de reservistas voluntarios en 2003, se tenía la idea de llegar a los 30.000 o 40.000 efectivos. Sin embargo, parece que por el momento ha abandonado ese reto y la convocatoria última apenas ha sido de cien plazas.
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