“Si subir el salario mínimo es de radical, pues bienvenida sea la radicalidad”
Noelia Vera | Número 1 de Unidas Podemos por Cádiz
“Nos quieren instalar en el mensaje de cuidado que viene la derecha y que nos conformemos”
"Creo que hay cierto interés en que no se me relacione con Cádiz”
Noelia Vera (Cádiz, 1985) creció en El Puerto hasta que se marchó para estudiar Periodismo en Madrid –es licenciada por la Complutense-. Asegura que detrás de la cámara ya hacía política “con el objetivo de cambiar ciertas realidades”, por lo que el paso al otro lado le parece natural aunque nunca se lo imaginó. Antes fue becaria en algunos medios de comunicación, como Diario de Cádiz. También trabajó en Colombia hasta terminar en La Tuerka, el programa de Pablo Iglesias, líder de Podemos. La gaditana es una de sus máximas colaboradoras y comparte la portavocía de la formación morada a nivel nacional con Pablo Echenique. “Estoy en una posición muy expuesta a todo en un momento político donde la agresividad parece que tiene más cabida que las propias propuestas, pero estoy contenta porque el acento gaditano también está presente a nivel estatal”, apunta. Dicen que la próxima líder de Podemos será una mujer pero no se ve, “estamos con Pablo”, afirma. Diputada por la provincia en esta pasada legislatura, vuelve a encabezar la lista de Unidas Podemos por Cádiz.
–¿Cree que la gente le relaciona con Cádiz?
–Creo que hay cierto interés en que no se me relacione con Cádiz. Recuerdo que en la campaña anterior hubo un momento anecdótico gracioso, que saqué hasta el carné de identidad para decirlo. Yo creo que en esta provincia , con un 70% casi de desempleo juvenil en muchos municipios, no es raro que mucha de la gente joven de la provincia nos marcháramos a buscarnos la vida fuera y eso no quiere decir que no se pueda hacer política para la provincia. Al revés, con más ganas.
–¿No le gustaría haber venido más? Hemos visto a otros candidatos hasta con la camiseta del Cádiz C.F.
–He venido continuamente a hacer trabajo provincial con colectivos y con la militancia, he trabajado para abrirle las puertas del Congreso a las demandas de colectivos como los de Delphi, la mesa por el empleo, la mesa de medio ambiente del Campo de Gibraltar o los estibadores. A la vez, puedo decir que me siento muy orgullosa de ser una gaditana en la dirección de un partido que toma decisiones, ser portavoz de mi formación y haber formado parte de negociaciones tan importantes como la subida del salario mínimo que afecta a más de 30.000 gaditanos. Los de Podemos somos todoterrenos. Es curioso que quien se pone la camiseta del Cádiz para hacer campaña no es capaz de ir al debate oficial electoral en la televisión autonómica pública para que los gaditanos conozcan sus propuestas. Quizás no las tiene.
–¿Se plantean que hay jóvenes que le votaron en las pasadas elecciones y ahora votarán a Vox?
–Creo que está mal planteado este enfoque de traspaso de votos entre formaciones y no se corresponde con la realidad. Somos proyectos políticos radicalmente diferentes. Nosotros defendemos la memoria democrática, los derechos humanos, la justicia social y el partido de Santiago Abascal es como el PP pero desmelenado. Si miras las propuestas políticas en materia económica, de empleo, de vivienda, de derechos humanos y las comparas con el Partido Popular y el de Ciudadanos se parecen muchísimo. En las [elecciones] andaluzas lo hemos visto. Creo que somos proyectos distintos y que si se llevan votos precisamente es de las escisiones de la propia derecha. Creo que a nosotros eso no nos influye. Otra cosa es que se nos quiera comparar.
–Lo dice por eso de ‘lo mismo es la extrema izquierda que la extrema derecha’...
–Ya le digo que hay un intento de hacernos parecer lo mismo. Nosotros de radicales es que tenemos poco. Si subir el salario mínimo interprofesional a 900 euros es de radical, pues bienvenida sea la radicalidad. Pero somos una fuerza radicalmente posicionada en los derechos y en la justicia social, que es lo que nos debería ocupar a todos. Y por eso hemos presentado un proyecto de país en forma de Constitución, para demostrar que quizás no es tan constitucionalista el que se dice a sí mismo constitucionalista todo el tiempo. Los partidos llamados constitucionalistas solo la utilizan para arrojársela a la cara cuando hablan del encaje territorial de Cataluña.
–¿Firma ya mantener los dos diputados por Cádiz el domingo?
–Espero que sí, es nuestra intención. Según las encuestas el segundo diputado está bailando, pero no nos fiamos mucho porque ni cuando nos han dado un resultado maravilloso ni cuando nos han dado uno muy malo al final se ha correspondido con la realidad. Por lo tanto somos con eso bastante pudorosos y las encuestas tampoco son inocentes. Nosotros somos más positivos de lo que nos presentan y con Cádiz en concreto Juan Antonio Delgado (número 2) está casi asegurado, porque ha hecho una trabajo fenómeno en materias importantes para la provincia como interior y seguridad.
–¿Veremos a Pablo Iglesias por aquí?
–Iba a venir el lunes (pasado) al Campo de Gibraltar. Tenía reunión con los estibadores y visita al puerto de Algeciras y después reunión en La Línea con los trabajadores de la comarca en Gibraltar. No pudo ser porque finalmente pusieron debate en la televisión pública pero queda pendiente para después de campaña. Es una comarca importantísima para nosotros y llevamos tiempo intentando que conozca sus problemáticas en primera persona porque muchas tienen su solución exclusivamente en el ámbito estatal, como el impacto del Brexit en los trabajadores que pasan todos los días a Gibraltar. O la funcionalidad de Salvamento Marítimo, que es un servicio público que está desmantelando el Partido Socialista, en esas políticas migratorias que Marlaska no está atacando como pensábamos que atacaría. Y que conozca nuestro trabajo contra la desigualdad o el narcotráfico, que se podría solucionar dándole más importancia a la creación de empleo que poniendo más Fuerzas de Seguridad del Estado.
–¿Cómo está ahora su relación con el alcalde de Cádiz?
–La relación con Kichi políticamente siempre ha sido buena. Nosotros exponemos abiertamente nuestras diferencias y eso a veces te juega malas pasadas. Pero el apoyo de Pablo a Kichi y de Kichi a Pablo ha sido intocable en lo político, en lo humano y en lo personal. Cádiz es un ayuntamiento importantísimo y ha demostrado que se pueden hacer las cosas radicalmente diferentes a como lo hacía el PP.
–¿No hay un antes y un después del chalé?
–Yo no he visto tanto debate sobre la casa de nadie en todos los días de mi vida. Mira si han pasado meses y se sigue hablando de esto. Creo que es bastante injusto y demuestra que sobre nosotros hay una lupa que en la vida ha estado sobre los demás, me encantaría que fuese por igual a todo el mundo. Eso fue algo que se debatió y la militancia votó que sí siguieran sin ningún tipo de dudas.
–¿Hay gente decepcionada?
–Siendo honestos, quien en política te diga que nunca se equivoca te está intentando vender la moto. Nosotros hemos cometido dos errores, uno que quizás creímos que podíamos cambiar las cosas demasiado rápido y el otro que hemos hablado mucho de nosotros mismos. Pero no todo lo malo que nos pasa es únicamente responsabilidad nuestra sino que viene de un ataque absolutamente orquestado. Lo vemos en la actualidad y se está judicializando: que había una operación clarísima del poder para instalar en la opinión pública mentiras sobre nosotros y cargarse la figura de Pablo Iglesias, porque era la cara visible de cinco millones de votantes que habían empezado a tener mucha fuerza.
–¿Le perjudica a Unidas Podemos hablar de Cataluña?
–El tema es difícil, porque es un escenario de confrontación total. Yo como portavoz de Podemos llevo año y medio hablando casi única y exclusivamente de Cataluña. Y mientras pasa eso no se habla ni del derecho al empleo, ni que en Cádiz tenemos un porcentaje altísimo de precariedad, de exclusión social, de pobreza infantil... Y no hemos podido meterlo en la agenda en un escenario en el que solo funcionan las posturas que se confrontan. Así que creo que no es que nos perjudique solo a nosotros sino al interés general.
–Cuénteme entonces lo primero que harían en Cádiz si gobiernan.
–Hay muchas medidas estatales que para Cádiz tienen una traducción importantísima, desde la subida del salario mínimo interprofesional hasta nuestro proyecto de transición energética, que aquí tendría una cobertura especial porque los recursos naturales de la provincia así lo facilitarían. Pero creo que hay que hacer dos cosas muy importantes, una para el Campo de Gibraltar y otra para la Bahía de Cádiz y las dos tienen que ver con el empleo. En la Bahía es que las 123 propuestas que han salido de las mesa del empleo que hemos trabajado con sindicatos, con parados, con las asociaciones, salgan adelante. Creo que hay propuestas que pueden ser estables en el tiempo, por ejemplo en Las Aletas, un proyecto muerto que puede ser de economía sostenible y que hay un proyecto precioso de los colectivos. Hay que hacer un plan de choque incida de forma directa en la Bahía y uno de transición energética para que nuestros recursos humanos y nuestras maquinarias de astilleros produzca también maquinaria para las energías renovables y para la economía verde.
–¿Cómo se puede hacer la economía verde que propone con los astilleros?
–Entre las 123 propuestas de empleo para la Bahía de Cádiz que han trabajado los colectivos está la transición hacia un nuevo modelo productivo que no nos haga depender solo de la producción armamentística. Lo primero que habría que hacer sería considerar el sector naval como un sector estratégico a nivel estatal para darle carga de trabajo, que puede haberla, rejuvenecer la plantilla, otorgar a los trabajadores de las subcontratas las mismas condiciones laborales que la plantilla estable, y después, transitar hacia un nuevo modelo productivo en colaboración con la Universidad de Cádiz y su investigación en I+D+I.
–¿Volverán a decirle no a Pedro Sánchez?
–Si pacta con Ciudadanos, sí. El problema no fue Pedro Sánchez, el problema fue Ciudadanos. Nosotros lo venimos diciendo todo este tiempo. Cuando el partido de Rivera y el partido de Pedro Sánchez pactaron para ese proceso de investidura por ejemplo, pactaron una medida concreta, para que se vea la diferencia, que fue subir el salario mínimo un 1%. Eso es muy poco y no solucionaba absolutamente nada. Sin embargo, cuando el PSOE se quitó el complejo de mirar hacia Podemos y negoció con nosotros los presupuestos generales, la subida del salario mínimo la conseguimos a 900. Ese pacto con Rivera realmente iba a ser un pacto de derechas y por eso decimos ahora tan claramente que la única opción para cambiar las cosas y hacer cambios reales de las políticas en el Congreso es mirar hacia Unidas Podemos.
–¿Y si no dan las cuentas?
–Es que no hay diferencia. Nos quieren instalar en el ¡cuidado que viene la derecha! y por tanto que nos conformemos y nos quedemos, virgencita, tal y como estamos. Eso es un error y es votar con resignación. Es gran parte de la estrategia de los poderosos durante esta campaña electoral. Ya hemos visto ese pacto en Andalucía con Susana Díaz y ya vimos que las decisiones que tomaba siempre beneficiaba a los mismos. Lo que tenemos que hacer es un esfuerzo muy claro, con mucha pedagogía, de decirle a la gente que la extrema derecha y el gobierno de derechitas prácticamente son iguales.
–Dicen que la nueva líder de Podemos será mujer, ¿se ve en las quinielas?
–Que va, que va. Creo que también forma parte de esas ganas de quitar a Pablo Iglesias de en medio sinceramente. Es verdad que en el futuro habrá una mujer al frente, porque es el tiempo de las mujeres, igual que nos hemos cambiado el nombre, pero no me veo ni veo a ninguna personalmente. Eso lo decidirá la gente cuando llegue el momento y de momento estamos a tope con Pablo.
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