El PSOE gana con amplia ventaja en la provincia pese a tener su peor resultado
22-m. Elecciones andaluzas
El PP se desploma, pierde tres escaños y 74.000 votos y baja su respaldo en las urnas a los niveles de hace 25 años Podemos irrumpe con mucha fuerza, logrando tres parlamentarios y ganando en Cádiz y Puerto Real
DE las cuatro banderas que lucen en las almenas del castillo de la provincia de Cádiz, desde ayer sólo ondean ya dos banderas azules. La tercera, la que colocó hace tres años el PP después de las elecciones andaluzas de 2012, fue sustituida anoche por una roja del PSOE, que acompaña así a la otra de este mismo color izada tras las elecciones europeas del año pasado. De esta manera, el Partido Socialista lograba ayer el principal objetivo planteado cuando se convocaron estas elecciones autonómicas.
Ciertamente, el PSOE recuperó ayer en la provincia de Cádiz la hegemonía perdida hace tres años en unas elecciones andaluzas. Y lo hizo sin agobios, con una claridad incontestable, pero también con un pero, porque su triunfo vino de la mano del respaldo ciudadano más corto que ha tenido esta formación política en la circunscripción gaditana en todas las elecciones andaluzas que se habían celebrado desde las primeras, las de 1982.
Y es que este apoyo final, que quedó fijado ayer en un 31,6%, no sólo se quedó cuatro puntos por debajo del logrado por esta formación política en 2012, sino que para encontrar un resultado similar hay que remontarse a las elecciones andaluzas de 1994, cuando cosechó un 34,54%.
Pero este dato, en cualquier caso, no puede empañar una victoria indiscutible de los socialistas, que terminaron superando al PP en la provincia por 7,6 puntos porcentuales, es decir, una brecha similar a la que ya logró en las europeas de hace ahora un año. Y el hecho que atestigua fielmente esta victoria de la candidatura liderada por el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, es que el PSOE ganó ayer en 38 de los 44 municipios gaditanos. Y en la comparativa entre los escrutinios de 2012 y 2015, llama la atención que al Partido Socialista sólo se le escapara un municipio en los que salió victorioso hace tres años (Puerto Real) pero, a cambio, recuperó otras 14 localidades: Jerez, Algeciras, San Fernando, Chiclana, La Línea, Los Barrios, Barbate, Conil, Chipiona, Tarifa, Ubrique, Vejer, Espera y El Gastor.
Con este resurgimiento, el PSOE consiguió mantener los mismos seis escaños que ya cosechó en 2012, confirmando la continuidad en la Cámara andaluza de Luis Pizarro y la algecireña Rocío Arrabal, que ocupaban los puestos cuarto y quinto de la candidatura socialista a estos comicios por Cádiz.
Pero para entender las razones de la clara victoria que logró ayer el PSOE en esta circunscripción sólo hay que mirar los datos de su principal adversario. Porque el PP experimentó un batacazo tremendo, ya que se dejó por el camino más de 74.000 votos con respecto a las elecciones andaluzas de 2012. La candidatura que encabezaba por primera vez Ana Mestre terminó con un respaldo de un 24%, lo que supone casi 16 puntos menos que tres años atrás y que devuelven a este partido a unos índices de apoyo ciudadano que no se recordaban desde principios de la década de los noventa. El PP sólo ganó en El Puerto, Rota y Benaocaz, cuando en 2012 salió victorioso en hasta 17 localidades gaditanas.
Este pésimo resultado en las urnas conllevó que el PP perdiera cuatro de los siete escaños conseguidos hace ahora tres años por la provincia de Cádiz, lo que terminó confirmando que los isleños María del Carmen Pedemonte y Rafael Ruiz Canto no podrán revalidar sus respectivas actas de parlamentario andaluz.
Pero, al igual que en el conjunto de Andalucía, la noticia de la noche electoral en Cádiz la protagonizó Podemos, que no sólo irrumpió en el panorama político gaditano logrando más de 100.000 votos y tres parlamentarios autonómicos y erigiéndose en la tercera fuerza política de la provincia, sino que además lo hizo triunfando en dos municipios: Puerto Real y, lo que es más llamativo, la propia ciudad de Cádiz. En la capital gaditana el partido liderado por Teresa Rodríguez terminó superando al PP en unos 2.000 votos, lo que de manera indirecta siembra dudas de cara a las municipales de mayo y al futuro de la hasta ahora todopoderosa Teófila Martínez.
En una jornada electoral en la que la participación creció cerca de seis puntos -votó el 59,1% del total de gaditanos con derecho a hacerlo- hubo otro partido que acabó con una sonrisa de oreja a oreja y varios damnificados más. El otro triunfador fue sin duda Ciudadanos, la formación que preside a nivel nacional Albert Rivera y que se estrenará en la Cámara andaluza con dos parlamentarios gaditanos y sanluqueños para más señas: Juan Marín, que concurrió por la provincia de Sevilla, y Sergio Romero, que era el cabeza de lista por Cádiz. Cerca de 60.000 votos convirtieron anoche a Ciudadanos en la cuarta fuerza política de la provincia.
Decepción fue la palabra que mejor ilustra el sentir que inundó anoche a los responsables, militantes y simpatizantes de formaciones como IU, PA o UPyD. En las filas izquierdistas, el hecho de que se consiguiera mantener el escaño de Inmaculada Nieto no sirvió en absoluto de consuelo. Al final esta formación se dejó por el camino casi 30.000 de los 66.000 votos que obtuvo en 2012 y Manuel Cárdenas -una vez más- se quedó lejos de su escaño.
Pero peor fue el escrutinio para el PA y UPyD. Los primeros apenas consiguieron 5.800 votos y un raquítico 2,79%, con lo que su secretario general, Antonio Jesús Ruiz Aguilar, no pudo conseguir la hazaña y el PA se queda fuera del Parlamento andaluz por tercera vez consecutiva. Y UPyD, en clara caída libre, ni siquiera llegó a los 12.000 votos.
El empate a dos de banderas azules y rojas se mantendrá en las almenas del castillo de la provincia al menos dos meses más. Será dentro de nueves semanas cuando las urnas volverán a hablar, en ese caso en las elecciones municipales. El PSOE buscará ahí el segundo paso de su reconquista, para continuar su misión en las generales de fin de año. Pero visto lo visto, con un bipartidismo que se resquebraja por momentos, todo puede pasar.
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