"Vimos el miedo de la tripulación, había impactos de bala"

Los infantes de marina del Serviola tras el ataque pirata

Los militares gaditanos que libraron a un mercante de los piratas en Guinea cuentan su experiencia: “Nuestra mayor preocupación era rescatarlos con la mayor rapidez”

El equipo operativo PS2N del Tersur a bordo del 'Serviola'.
El equipo operativo PS2N del Tersur a bordo del 'Serviola'. / Serviola

“Vimos los impactos de bala, cómo los piratas habían disparado y habían intentado forzar la puerta de la habitación del pánico dónde estaba la tripulación”, “estaban muy asustados, mucho”. Desde algún punto del Golfo de Guinea, navegando en el patrullero Serviola, los infantes de marina gaditanos que fueron la avanzadilla para liberar a un buque mercante de un ataque de piratas hace menos de una semana relatan la operación a Diario de Cádiz. “Estamos satisfechos con el trabajo después del adiestramiento y sacrificio que realiza el equipo, como dejar a la familia”, cuentan los militares al teléfono.

El domingo por la tarde llegaron las primeras informaciones sobre el posible secuestro y el lunes por la mañana el equipo operativo PS2N del Tercio Sur entró en acción. “No sabíamos si las informaciones que teníamos eran veraces, si había algún pirata a bordo o ya se habían ido todos”, explican el sargento Manuel Lora, el tirador Francisco Javier Gallardo y el soldado Sergio Jiménez, que forman el EOS del Serviola en esta misión junto al cabo primero Chacón, Antonio Navarro, Álvaro Jiménez y Álvaro Márquez.

“Nuestra principal preocupación era el estado en el que estaban los secuestrados y sacarlos lo más rápido posible”, siguen recordando. “Otra de las dificultades fue que el buque era demasiado grande”, añaden. Y es que su papel, el de los siete que conforman este equipo, fue asaltar el barco, tomar el control y asegurarlo, para luego contactar con el personal que estaba a bordo.

Tardaron alrededor de hora y media en poder liberar a la dotación. Se habían encerrado en una habitación del pánico para refugiarse ante los disparos y las amenazas. “Es que no se fiaban. Nos pusimos en contacto con ellos pero no querían salir, no tenían manera de saber quién éramos, si también eramos piratas”, comprende el sargento. Por eso acudieron a un enlace del buque guineano que también participó en la operación y que era de nacionalidad rusa, como los tripulantes. Una vez fuera, todo fue agradecimiento. “Nos dieron muchos abrazos, porque la verdad es que lo pasaron muy mal, lo primero que vimos fue el miedo que tenían”.

No es para menos. Los piratas dispararon varias veces durante su tiempo a bordo y causaron daños materiales en el puente. Aunque la tripulación logró refugiarse un espacio seguro nadie les quita el susto. “Tuvo que ser muy desagradable”.

“Sabemos que es una zona caliente y por eso estamos en alerta constante”, explican

El sargento sabe que están en una “zona caliente” y por eso están en “alerta constante” ante posibles ataques. En este mismo despliegue en el Golfo de Guinea ya entraron en acción otra vez, cuando un grupo de piratas armados con fusiles AK-47 y lanza granadas retuvo a otro barco de bandera nigeriana.

El Serviola partió de su base de la Armada en Ferrol a principios de marzo, y luego, en la Base de Rota, se unió este equipo operativo del Tersur, que lleva dos años junto y que en realidad conforman once compañeros, aunque debido a las dimensiones del patrullero sólo han embarcado siete para esta misión de seguridad marítima con diversos países de África occidental. Estarán en la zona hasta final de junio encargándose no sólo de ser guardián de su buque, sino también de instruir a los equipos de otros países.

El equipo operativo PS2N del Tercio Sur, con militares de Cádiz, de San Fernando y de El Puerto, se llevaron 186 días fuera de casa en 2018 y este año será más o menos igual. A sus espaldas llevan participaciones en la Atalanta, Apoyo a Irak, vigilancias marítimas o rescates de inmigrantes.

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