19 años y medio de cárcel a uno de los presos más peligrosos de España
La Audiencia de Cádiz condena a Fabrizio Joao Silva por agredir a varios funcionarios de Puerto III con un objeto punzante
El interno acumula otros 39 años de prisión por dos asesinatos
Cádiz/La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a Fabrizio Joao Silva, uno de los presos más peligrosos de España, a la pena total de 19 años y medio de prisión por agredir en el verano de 2016 a varios funcionarios de prisiones en Puerto III con un objeto punzante, llegando a alcanzar a uno de ellos en la yugular.
El tribunal gaditano lo ha condenado por un delito de homicidio en grado de tentativa (12 años), tres delitos de lesiones con uso de instrumento peligroso (dos años y seis meses por cada uno) y cuatro delitos de lesiones leves (multa). La Fiscalía acusaba a Fabrizio de los mismo delitos por los que ha sido condenado en primera instancia, si bien planteaba una pena superior, 25 años de cárcel en total.
La Audiencia de Cádiz ha ordenado además que el interno abone numerosas indemnizaciones a favor de los funcionarios damnificados. En caso de impago, el Estado será el responsable civil subsidiario.
El día de los hechos, el 21 de julio de 2016, este preso, natural de Guinea Bissau, se encontraba en el centro penitenciario Puerto III cumpliendo dos condenas anteriores: 22 años de cárcel por asesinar a su pareja y 17 por acabar con la vida de otro reo en Córdoba. En total, acumulaba 39 años. Con estos antecedentes penales tan graves, el interno estaba clasificado en el primer grado penitenciario y catalogado como FIES (bajo control directo) dada su peligrosidad.
El juicio se celebró la semana pasada en el Palacio de Justicia gaditano bajo estrictas medidas de seguridad. Un amplio dispositivo compuesto por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional escoltaron en todo momento al preso, desde su traslado de la cárcel algecireña de Botafuegos hasta su entrada en sala.
Durante el desarrollo de la vista, Fabrizio manifestó que él no había pegado a un ningún funcionario, todo lo contrario, sostuvo que fueron los empleados públicos los que le atacaron primero hasta dejarlo inconsciente. "Fui agredido por seis funcionarios. Me tiraron al suelo y me golpearon con escudos y gomas hasta que perdí el conocimiento", explicó al tribunal.
El preso declaró también que él no portaba ningún pincho, sino que los funcionarios se lo metieron sin su consentimiento en el ano para inculparle en esta causa. "Me violaron, hablando claro", apuntó.
Los funcionarios, por su parte, señalaron que el interno los agredió brutalmente cuando procedieron a cachearlo. "Íbamos a llevarlo al patio, él estaba tranquilo y justo cuando salió de su celda, sacó un fleje, lo sujetó a modo de puño americano y empezó a soltar embestidas. Fuimos cayendo uno tras otros", explicaron en sala estos testigos.
Tal y como detallaron los trabajadores de la cárcel, el preso alcanzó a uno en la yugular, a otro le arrancó un diente y a otros tantos los hirió en diferentes partes del cuerpo. "Intentamos reducirlo pero el interno siempre contestaba con nuevos golpes y ataques", indicaron los funcionarios, que tuvieron que esperar la llegada de refuerzos para lograr aplacar a Fabrizio, que mide 1,80 y pesa 120 kilos.
Los trabajadores de Puerto III denunciaron también la saturación que sufría el módulo 15 de aislamiento el día de los hechos. "Un equipo de seis funcionarios teníamos que vigilar a unos 50 presos con internamiento restrictivo, de los cuales 16 eran especialmente peligrosos y exigían control directo. Eso es una barbaridad si tenemos en cuenta que en todo el territorio nacional pueden existir sobre unos 50 presos catalogados como peligrosos", señalaron.
A partir de este grave incidente, la dirección del centro penitenciario Puerto III modificó los protocolos de actuación con los presos peligrosos para minimizar riesgos. "Se han adquirido nuevas raquetas detectoras de metal perfectamente calibradas, hay instalados arcos de seguridad y ya no se establece contacto directo con el preso, al que se puede esposar en caso de que sea necesario, cuando antes no era así", detallaron los funcionarios en la vista oral.
La resolución judicial que condena a Fabrizio Joao Silva a 19 años y medio de prisión por intentar matar a un funcionario y agredir a otros tantos no es firme y puede ser recurrida, primero en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y después en casación ante el Tribunal Supremo (TS). Queda, por tanto, recorrido judicial para que esta sentencia adquiera firmeza.
Los sindicatos pidieron apoyo 2 meses antes
Los sindicatos con representación en la prisión de Puerto III pidieron la dimisión del director del centro penitenciario por no haber puesto los medios necesarios para evitar la agresión sufrida por varios funcionarios en julio de 2016 por parte de Fabrizio Joao Silva. En un comunicado conjunto, Acaip, APFP, CSI-F y UGT explicaron que dos meses antes de este episodio violento habían demandado un refuerzo de medios ante la concentración de internos muy peligrosos y conflictivos con patología psiquiátrica en Puerto III. "Hoy no hay ningún funcionario de prisiones muerto, sencillamente, por suerte", aseguraron a raíz de este suceso los sindicatos, que pidieron a la "clase política" mayor conciencia sobre lo que ocurre en las cárceles y criticaron
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