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Asprodeme Puerto Real

Asprodeme Puerto Real se ha convertido en validador de textos de lectura fácil y sus usuarios están adaptando los menús de bares y restaurantes

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Usuarios de Asprodeme elabora menús de restaurantes de fácil lectura / C. P.

Puerto Real/Probablemente a usted también le ha pasado. ¿Ha ido a algún restaurante en el que, al leer el menú, no ha logrado hacerse una idea del plato que presentan? ¿Ha tenido que buscar en internet que es el ossobuco, los tirabeques o una gyoza? Si es así, no se preocupe porque es una escena más que cotidiana. Sin embargo, esa situación puede suponer un rato incómodo e incluso un problema para algunas personas con discapacidad intelectual o con dificultades de compresión lectora. Para poner remedio a esto la asociación Asprodeme de Puerto Real ha dado forma a una iniciativa, gracias a la cual están adaptando las cartas de los restaurantes que lo desean, para hacerlas más accesibles para todos tipo de clientes.

Así, del mismo modo que el pequeño Francisco Manuel Benítez, también vecino de Puerto Real, adaptó las cartas de los restaurantes al Braille adaptó las cartas de los restaurantes al Braillepara clientes con problemas de visión, los usuarios del Centro de Día Ocupacional de Asprodeme hacen lo propio en un taller de habilidades sociales, que coordina la monitoria Ainhoa Durán.

“El proyecto surgió por la necesidad de nuestros usuarios. Los chavales iban a los restaurantes y no sabían qué pedir porque no entendían los menús. Por eso intentamos adaptarlos a lectura fácil”, explica la monitora. Para iniciar ese trabajo comenzaron por informarse de la normativa UNE (norma española sobre lectura fácil) y formaron un grupo para convertirse en validadores de textos de lectura fácil y poder así incluir el sello de la Unión Europea que lo certifica.

Uno de los menús elaborados por los usuarios de Asprodeme / C. P.

Ahora están adaptando cartas de restaurantes como Brutal y El Robalo, y ya han finalizado la del restaurante Lantia de Puerto Real, que ha sido el primero en probar esta iniciativa. Sara Robledo, una de las responsables de Lantia (calle Nueva), está muy satisfecha con el resultado del trabajo de los usuarios de la asociación. “A nosotros nos ha encantado y nos parece muy útil. De hecho, algunas personas que han sabido que disponíamos de ella nos la han solicitado y ha sido de mucha ayuda para ellos”.

Aunque el proyecto surgió de la necesidad manifiesta de los usuarios de Asprodeme, la experiencia les está diciendo que cualquier persona se puede beneficiar de ella, “porque hay muchas veces que leemos una receta y no nos enteramos de lo que nos están contando”, dice Ainhoa Durán.

El grupo de trabajo se reúne en el centro ocupacional, analizan la receta y sus ingredientes con el asesoramiento del restaurante y, a través de imágenes fotográficas, van elaborando el documento.

Ahora, quienes forman parte de este taller, esperan que sean muchos los restaurantes y bares que se animen a adaptar sus cartas y que cuando personas con discapacidad acudan a una comer o cenar junto a un grupo de amigos, no tengan que levantar la mano para realizar preguntas no siempre respondidas ni tener que “pedir a ciegas”.

Pero este no es el único trabajo que realizan en el Centro Ocupacional de Asprodeme en el que la actividad no cesa. Al mismo tiempo en el que un grupo de usuarios elabora las cartas adaptadas, otro sigue inmerso en el proyecto de fabricación de briquetas, un producto 100% ecológico y renovable que sustituye a la leña con muchas ventajas y que en breve esperan poner a la venta.

Daniel Soto organiza los imanes de nevera elaborados por Asprodeme / DCA

Lo que sí está ya en muchos comercios y bares de la ciudad son las chapas personalizadas para distintos eventos que los usuarios realizan en uno de los talleres. También los imanes de nevera que elaboran con imágenes de Puerto Rea y que, según dice Daniel Soto, usuario de este taller, “están teniendo mucho éxito porque se acaban enseguida donde los llevamos para que los vendan”.

Junto a estos talleres, se mantienen otros como el de abalorios y un clásico que no para en todo el año, el de adornos de Navidad que en breve pondrán a la venta en comercios colaboradores y el Rastrillo Municipal en el que participan todas las semanas.

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