Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
MARTES SANTO EN PUERTO REAL
Puerto Real/La desapacible mañana del Martes Santo hizo recordar a los hermanos de la lasaliana Cofradía de La Borriquita lo que vivieron hace justo un año, cuando la lluvia les sorprendía en plena Estación de Penitencia y tuvieron que aligerar el paso para regresar antes de tiempo a su Casa de Hermandad.
No tuvieron la tranquilidad del pasado Domingo de Ramos, cuando pudieron lucirse con la salida de La Borriquita y la Virgen de la Estrella, pero si respiraban relajados sabiendo que las puertas del colegio de La Salle-Buen Consejo se abrirían. Y así ocurrió. A las 19:30 horas la cruz de guía de la hermandad anunciaba la salida del Cristo del Perdón y la Misericordia, uno de los titulares de la Hermandad de La Salle.
El cortejo estaba formado por unos 90 hermanos de fila. La primera sección del cortejo la componían 26 pequeños que vestían túnica blanca y esclavina negra. Las demás secciones, túnicas blancas y cíngulo de seda con antifaz de sarga negro que se estrenaron el pasado año.
Con la sobriedad que caracteriza a este desfile procesional, la imagen atravesaba la puerta de la Casa Hermandad con el más absoluto de los silencios, solo roto por los suaves compases de la capilla musical ‘Santus Christus’, que volvía a acompañar a los hermanos.
Con lento caminar, el paso fue portado por los miembros de la cuadrilla de 40 costaleros (24 calzan el paso), a las órdenes de Antonio Galvín y José María González, y sus auxiliares, Antonio Jesús y Luis Romero.
Cuando el paso había recorrido los primeros metros de la calle Santo Domingo, se detuvo para rezar la primera de las catorce estaciones del Vía Crucis. Fue el Fiscal de la Hermandad de La Borriquita, Felipe Salvador Vías, el encargado de comentarlas.
Olor a incienso, silencio y recogimiento al paso del Cristo del Perdón, que volvía a ser centro de las miradas de los vecinos de San Eloy que, como siempre, no dejaron a su Cristo solo y le acompañaron desde ventanas y balcones, y a pie de calle, antes de la revirá que llevo al cortejo hasta la cofrade calle de San José.
El exorno floral de este paso estaba compuesto por claveles rojos que los escolares del colegio La Salle ofrecieron al señor el Viernes de Dolores y allitium. Una tarea, la del exorno, que volvía a realizar el hermano Manuel González Macías y su equipo.
Tras recorrer buena parte de la calle San José, el desfile procesional del Cristo del Perdón enfiló la calle Ancha hasta alcanzar la Iglesia Prioral de San Sebastián donde el paso se paró para realizar Estación de Penitencia, y continuar luego por las calles Real, La Palma, Amargura, Vaqueros y De la Plaza, donde hicieron el habitual paso por la Carrera Oficial ante la tribuna en la que había representantes del Consejo Local, de las Hermandades del municipio y del Ayuntamiento de la ciudad. Al cierre de esta información, el paso se disponía a continuar por Soledad hasta llegar a San José, emprendiendo el camino de vuelta por Santo Domingo y Teresa de Calcuta.
El Martes Santo tiene en Puerto Real más relevancia cada año. El cortejo procesional del Cristo del Perdón está en continua evolución y mejorando cada Semana Santa. Ya el pasado año se estrenó la modificación y ampliación completa del paso, y los bordados de los respiraderos frontal, traseros y las esquinas, realizados por un grupo de hermanas bordadoras. Se daba así un paso más en el proyecto para la remodelación del paso del Cristo del Perdón que se ha desarrollado durante varios años y que mantiene los antiguos respiraderos como canastilla. Este año se estrenaron dos esclavinas negras para los encendedores y el canasto del cuerpo de acólitos, realizado en madera de pino por el artesano, Francisco Alegre Sánchez.
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