IES Virgen del Carmen de Puerto Real: más de 75 años como fábrica de fabricantes

Puerto Real/Cruzar las puertas del IES Virgen del Carmen de Puerto Real es muy distinto a cualquier otro instituto. Aunque el bullicio del alumnado es similar durante un cambio de clases, cuando estas empiezan, el silencio que se espera de quien está atendiendo una lección se opaca con sonidos estridentes. Suenan tornos, martillos, equipos de soldadura y radiales. Herramientas que forman parte de una formación con más de 75 años de antigüedad en un centro de referencia en Andalucía.

La ‘Escuela de Las Canteras’ como se le conoce, es una fábrica de fabricantes. Cada año, salen de sus instalaciones más de un centenar de profesionales de distintos sectores de la rama industrial. Y así ha sido siempre, desde que el centro se creó en la década de los 60 con el objetivo de formar trabajadores para los astilleros de la Bahía.

Desde sus orígenes, el centro ha tenido una vocación de enseñanza industrial y ese espíritu se sigue manteniendo. Lo asevera Carlos Muñoz Villareal, profesor del centro desde 1983, y desde hace ya 25 años, su director. Si echa la vista atrás, comprueba que la formación se ha diversificado y, además de la Secundaria y el Bachillerato, se ha ampliado en familias profesionales. “La formación es principalmente industrial, pero también tiene un peso importante la rama sanitaria”, explica.

La formación ha ido creciendo al mismo tiempo que ha ido aumentando la demanda de la Formación Profesional, que en los últimos años ha sido enorme. “La FP ha cambiado mucho. Hubo una época muy buena, cuando se crean centros como este, con muchas inyecciones económicas y de equipamientos”. Pero la industria cambió y estos centros tuvieron problemas para mantenerse. “La FP cayó porque se dio prioridad a otras formaciones con la entrada de la LOGSE, que cargó las tintas sobre la Secundaria y el Bachillerato”, dice Muñoz Villareal.

Él ha sido testigo de esos vaivenes, que ahora han llegado a un punto de “reconciliación” con la formación profesional. Se palpa en la propia administración responsable (ahora de Desarrollo Educativo y Formación Profesional) que apuesta por los ciclos formativos y la FP Dual con formación en centros de trabajo. Pero el gran cambio se aprecia en la alta demanda que existe por parte del alumnado.

“Lamentablemente, cada año se quedan muchos alumnos fuera por falta de plazas. La Junta tiene establecido un sistema de acceso rigurosamente transparente y son muchos los que no pueden acceder”, dice Muñoz.

Parte de responsabilidad de su auge ha tenido, al menos en Cádiz, el propio sector empresarial industrial. Las voces que alertan de la falta de profesionales en la industria de la Bahía, y especialmente en el sector naval ha hecho que se trate de poner remedio con una formación muy orientada al actual mercado de trabajo, cada vez más profesional y exigente.

“Hay que romper mitos y debe quedar claro que si alguien quiere sacarse una formación profesional tiene que estudiar e interesarse”, afirma Carlos Muñoz con contundencia. “No se convierte nadie en un buen operario por el simple hecho de que tenga buenas habilidades manuales. Hoy en día cualquier máquina tiene un automatismo y hay funcionamientos y tecnologías que hay que aprender. Además, es necesaria una formación completaría como la interpretación de planos, para afrontar cualquier planteamiento que haga la empresa”.

No obstante, la práctica es fundamental en esta formación donde se trabaja con herramientas reales. “Aquí no hay nada simulado. Los talleres están dotados de maquinaria potente y de última generación, que se asemeja mucho a la que luego encontrarán en los centros de trabajo”, afirma el director del centro.

El también profesor cuenta algunas anécdotas de empresas que han visitado el centro y se han sorprendido de la calidad. “Muchos nos dicen que hay maquinaria que ellos no tienen en sus centros de trabajo, porque estamos por encima de la tecnología de muchas empresas”.

También se da el caso contrario. En el centro tienen claro que la empleabilidad, que ya es muy alta entre sus alumnos y alumnas, debe seguir creciendo aún más. Por eso están en continuo contacto con empresas, federaciones y con entidades como el Clúster Naval de Cádiz, del que partieron propuestas como el curso de especialización de ‘Digitalización del Mantenimiento Industrial’, que se implantó a petición de las empresas auxiliares del sector naval de la Bahía.

“Hay una simbiosis entre la industria y la enseñanza, porque queremos ser útiles y formar con base en la necesidad que hay. No podemos estar formando sin saber qué utilidad tiene lo que hacemos”, reconoce Muñoz.

Sin embargo, en el centro también son sabedores de que la industria gaditana sigue soportando la losa de la temporalidad. Cada año, del ciclo de ‘Soldadura y Calderería’, salen unos 20 alumnos perfectamente formados de este centro. Otros tantos lo hacen de los centros de Cádiz (San Severiano) y San Fernando (Las Salinas). Realmente, para las cifras que mueve el sector industrial son muy pocos, pero la realidad es que hay épocas en las que el sistema productivo cae por los parones que se producen en empresas matrices como Navantia, y muchos profesionales salen del sector en Cádiz. “Esa es la realidad, que a veces se tienen que marchar a otras comunidades o países para seguir trabajando, y es una pena que no retengamos ese talento que nosotros hemos formado”, lamenta Carlos Muñoz.

Los alumnos no son desconocedores de ello porque la mayoría lo ha visto en su entorno. Además, el propio profesorado acerca las realidades de cada sector porque casi todos proceden del ámbito laboral privado. “Aquí hay muchos profesores que han estado en la privada y se nota el bagaje y la experiencia que traen”, dicen en el centro. “En el ciclo de aeronáutica, por ejemplo, todos los profesores vienen de la empresa y el resultado es extraordinario, así como el nivel de formación del alumnado”, añaden.

Es el caso de Óscar Gallego, que después de 20 años trabajando en empresas privadas del sector de las telecomunicaciones, es, desde hace cinco años, uno de los profesores de ciclos formativos como el de Eficiencia Energética y el de Climatización. Para él, el cambio a la docencia ha sido muy positivo. “Nunca antes me lo había planteado y ahora disfruto del trabajo porque puedo aportar mi experiencia profesional y mis conocimientos, porque cuando vienes de la calle esa experiencia la traes al centro”, reconoce.

Él, como sus compañeros, celebra dos aspectos que considera un éxito de la formación: la alta empleabilidad y el escaso nivel de abandono de estudiantes. “Los alumnos se motivan enseguida porque son módulos con muchas prácticas en los talleres, aunque también hay formación teórica, claro está. Además, ellos saben por compañeros, que la demanda de profesionales es ahora muy alta en sectores como el de las renovables”, dice Gallego.

Por eso se les anima a aprovechar el tiempo. Es en lo que más insiste Rosa Román, profesora de Mecanizado. Ella es una de las pocas mujeres que trabajan como profesoras en módulos industriales, como también lo fue (entonces la única) durante los años en los que se empleó como operaria de taller. Su ejemplo empieza a calar en las chicas que se acercan a esta formación, que hasta ahora contaba con un bajísimo porcentaje de alumnas. “Son pocas, pero cada vez más”, dice Rosa Román. “Noto que cada vez llegan con más interés, e incluso personas que han hecho una carrera universitaria que ahora buscan una salida diferente”. El objetivo de Rosa es el mismo que el que persiguen sus alumnos: una buena formación e incorporarse al mercado laboral. “Hacemos mucho hincapié en que practiquen todo lo que puedan en el taller del centro, para que lleguen con más herramientas a la empresa”, insiste Rosa.

Y mientras ella repite ese mantra, es precisamente lo que hace uno de sus alumnos. Se llama Norwin Morillo y está en el segundo curso del Grado Medio de Mecanizado. En breve empezará sus prácticas en una empresa de Chiclana y dice estar “muy ilusionado y deseando”.

El joven, como tantos otros, eligió la formación profesional por las salidas profesionales, y además quiso hacerlo en el IES Virgen del Carmen “porque, además de ser uno de los que está mejor preparado de Andalucía, tiene maquinaria muy moderna y en muy buen estado para hacer prácticas”, dice. Está satisfecho con los resultados porque la formación está siendo “mejor de lo que me esperaba”. Tanto es así, que le encantaría poder trabajar y, al mismo tiempo, seguir formándose.

Aunque el alumnado ensalza la calidad académica del IES Virgen del Carmen de Puerto Real, el centro, a sus 76 años, tiene achaques importantes. En los últimos años, las quejas y protestas por el mal estado del edificio no han sido pocas. Por eso, la dirección del centro tiene la mirada y las esperanzas puestas en el proyecto que en breve se va a retomar. Es la obra para, de algún modo, devolver al centro a sus orígenes. Manteniendo la educación Secundaría y el Bachillerato, el centro se va a convertir en un Centro Público Integrado de Formación Profesional (CPIFP). Para ello, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional va a ejecutar un proyecto con una inversión que supera los ocho millones de euros.

Las obras comenzaron a finales de 2022, dentro del Plan de Infraestructuras Educativas de la Consejería, que ejecuta la Agencia Pública Andaluza de Educación. Sin embargo, desde su comienzo, sufrieron una serie de “vicisitudes” que han dificultado su ejecución, y que han desembocado en una modificación de proyecto y un incremento presupuestario.

“Cuando tengamos ese centro, que será un privilegio para Puerto Real, nos plantearemos crecer, pero ahora es imposible porque hemos perdido nada menos que 24 aulas”, recuerda el director del centro, Carlos Muñoz. Eso ha hecho que gran parte de la Formación Profesional se tenga que impartir en horario de tarde. A la dirección le gustaría doblar algunos ciclos formativos y crear otros nuevos como uno superior de aeronáutica, pero para ello habrá que esperar a que la obra concluya.

Actualmente, pasan por este centro educativo 1.400 alumnos al día. En el centro se pueden cursar distintas formaciones, principalmente relacionadas con las actividades industriales. En él se imparten los Ciclos Formativos de Grado Medio en ‘Soldadura y Calderería’, ‘Mecanizado’, ‘Montaje de Estructuras y Sistemas Aeronáuticos’, ‘Instalaciones Frigoríficas y de Climatización’, ‘Instalaciones de Producción de Calor’ e ‘Instalaciones Eléctricas y Automáticas’. También, los grados superiores de ‘Eficiencia Energética y Energía Solar Térmica’, ‘Diseño en Fabricación Mecánica’ y ‘Construcciones Metálicas’. A esto se suma la Formación Profesional Básica en ‘Fabricación y Montaje’, y cursos de especialización en ‘Fabricación Aditiva’ y 'Digitalización del Mantenimiento Industrial’.

Pero el centro ha crecido también en especialidades en el ámbito sanitario, en el que también es un referente, incorporando un nuevo Ciclo de Grado Superior de ‘Radioterapia y Dosimetría’, que ha comenzado este curso; y que se suma al Grado Medio de ‘Cuidados Auxiliares de Enfermería’ y superior de ‘Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear’, que ya funcionaban con gran éxito.