De Petrovic al abandono: la decadencia del Pabellón Municipal de Deportes de Puerto Real

Lo que fue una joya para el deporte internacional se ha convertido en un edificio olvidado que espera un milagro que lo salve de la ruina

Entre 1985 y 1991 acogió el Torneo Internacional de Clubes de Baloncesto ‘Memorial Héctor Quiroga’, considerado en su época uno de los mejores torneos de verano de baloncesto de Europa

Pabellón Municipal de Deportes de Puerto Real, cerrado desde el 2022
Pabellón Municipal de Deportes de Puerto Real, cerrado desde el 2022 / C. P.

Puerto Real/Dice el exalcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, que evita pasear por la Ribera del Muelle con el único propósito de no ver el estado en el que se encuentra el Pabellón Municipal de Deportes. Aunque en sus casi 30 años de presencia en el Ayuntamiento de Puerto Real puso en marcha, como es lógico, infinidad de proyectos, el del Pabellón es uno de los que recuerda con especial cariño. “Parece que se han olvidado de que fue un referente en Andalucía”, lamenta. Su “desazón” se acrecienta, según dice, cuando observa que ayuntamientos como el de Cádiz y El Puerto firman convenios de colaboración con la Diputación de Cádiz para la creación de un nuevo Portillo o un campo de rugby, mientras el de la Villa se cae a pedazos.

El edificio está cerrado desde principios de 2022, cuando las goteras acabaron por dejar impracticable una infraestructura con muchos achaques desde hacía ya años. Aunque el centro deportivo contaba con una plantilla propia, que lo mantenía con decoro, apoyado por intervenciones puntuales de mayor envergadura en los pilares metálicos, desde el año 2000 apenas tuvo obras de envergadura.  Entonces se invirtieron 65 millones (40 solo para la cubierta) de las antiguas pesetas. 21 millones puso el Ayuntamiento y el resto, la Consejería de Deportes de la Junta.

Cubierta del Pabellón tras las obras del año 2000
Cubierta del Pabellón tras las obras del año 2000 / DCA

Desde entonces, las obras apenas fueran lavados de cara, al tiempo que se fue recortando el personal encargado de su mantenimiento diario hasta que acabo cerrándose en 2022. Un informe de los técnicos municipales así lo aconsejaba en un demoledor documento que prácticamente lo declaraba en ruina.

Una vez cerrado, el Pabellón, la joya del deporte en Puerto Real, ha ido muriéndose. Los últimos equipos de gobierno -primero el PSOE y AxSí y luego La Confluencia y Adelante- han mostrado su preocupación, pero lo cierto es que no se ha intervenido en absolutamente nada. Apenas se han planteado la misma pregunta que se hace la ciudadanía: ¿Merece la pena arreglarlo o es mejor derribarlo y hacer uno nuevo?

A esa pregunta se pretende dar respuesta con un contrato que el Ayuntamiento va a licitar para ejecutar ensayos de laboratorio y redactar un informe que analice su estructura, más allá de una inspección ocular. Poco más de 8.000 euros para ese trabajo, que es hasta ahora la única inversión en el edificio.

Se han intentado hacer números, que van desde los 250.000 euros que costaría solo hacer el proyecto de intervención, a los tres millones de euros que alguna vez se ha estimado que costaría su arreglo.

Uno de los partidos del ‘Héctor  Quiroga’ jugados en el Pabellón Municipal de Deportes
Uno de los partidos del ‘Héctor Quiroga’ jugados en el Pabellón Municipal de Deportes / Tere Mejías

El Pabellón Municipal de Deportes se inauguró en 1984, y a partir de ese momento empezó a vivir una época de gran esplendor. Fue en su interior donde se celebró hasta en siete ocasiones, entre 1985 y 1991, el Tornero Internacional de Clubes de Baloncesto ‘Memorial Héctor Quiroga’. Este evento deportivo fue considerado en su época como uno de los mejores torneos de verano de baloncesto de España y Europa. En su cenit llegó a ser el torneo veraniego oficial de la Liga ACB, reuniendo en ocasiones en el mismo torneo al campeón de Europa y campeón ACB.

Por él pasaron las principales figuras internacionales de este deporte, con la presencia de equipos como el Winston All Star (selección universitaria americana), Real Madrid, F.C. Barcelona, Olimpia Milano, Maccabi Tel Aviv y el Cibona de Zagreb, entre otros. De hecho, este último equipo, al comienzo de la guerra en los Balcanes en 1991, se vio obligado a emigrar para poder jugar así sus partidos en una zona con el mínimo de garantías exigidas por la FIBA, y durante dos años estuvo jugando en el Pabellón de Puerto Real.

Las gradas, desmontables según la ocasión, vibraron con estrellas como Petrovic, Robinson, Epi, Sretenovic, Corbalán y Romay, entre otros muchos. Ni que decir tiene que el Pabellón Municipal de Deportes acabó colocando a Puerto Real en el mapa internacional.

Ahora todo son recuerdos que persisten en la memoria de quienes vivieron esos momentos y en las de las nuevas generaciones que practican baloncesto, gimnasia rítmica o fútbol sala y que como el Cibona de Zagreb en 1991 tuvieron que salir de la que era su casa de un día para otro y acabar “exiliados” en una de las dos salas de barrio de la ciudad, a las que vaticinan un futuro similar al del Pabellón.

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