Así fue el encontronazo entre el Papa Francisco y Tamara Falcó: "Se enfadó conmigo"

El reality de Tamara Falcó en Netflix no para de sorprender. En La Marquesa, la hija de Isabel Preysler ha explicado algunas de sus intimidades más desconocidas, destacando el episodio que vivió junto al Papa Francisco en el Vaticano. Sin duda, la marquesa ha generado una gran expectación por sus aventuras entre vírgenes y santos, enfadando hasta el mismísimo pontífice

La influencer aseugra en su serie documental que para ella era de vital importancia recibir la bendición del Papa Francisco de cara a la obertura de su primer restaurante en El Rincón, el palacio que le dejó su padre en herencia. Para ello, Falcó viajó hasta Ciudad del Vaticano para arrodillarse ante el Papa y hacerle llegar sus plegarias, acompañadas de dos regalos.

Tamara Falcó se presentó ante la máxima autoridad de la iglesia con una figura de la Virgen de la Alegría y un collar de su colección de joyería protagonizado por el rostro de la máxima figura femenina eclesiástica. El enfado surgió cuando, Falcó, con la virgen en mano, decidió arrodillarse ante el Papa. "Se ha enfadado conmigo, de repente no sabía muy bien que estaba pasando, pero me estaba poniendo mala cara", explicaba Tamara ante las cámaras de Netflix.

"Resulta que, como llevaba la figura de la Virgen, él lo que no quería es que la Virgen se arrodillara ante él. Me ha parecido muy humilde por su parte. Después la ha bendecido y me he quedado atónita", detallaba Falcó, que aseguraba que "ver al Papa enfadado impresiona. No entendía nada. Esas milésimas de segundo resulta que son muy importantes cuando estás con el Papa".

Además, Falcó narra en su serie documental que aquella audiencia en el Vaticano le resultó una señal del destino. "Estaba lleno de chefs, había como cien cocineros con sus gorros. Ha sido totalmente una señal, he recibido una bendición del Papa rodeada de chefs", ha objetado la marquesa, haciendo referencia a su aventura como restauradora. Si algo está claro es que la pareja de Íñigo Onieva cuenta con el beneplácito eclesiástico para hacer de sus técnicas culinarias un negocio con el que sorprender a sus amigos y familiares, tal y como muestra en su primer documental emitido.