Ana María Aldón se somete a una hipnosis y lo cuenta todo: "Era horrorosa"
En 'Fiesta'
Ana María Aldón se ha sometido a una hipnosis para reflejar sus traumas más ocultos. Lo que ha explicado ha provocado la llamada enfurecida de José Ortega Cano.
Ana María Aldón cuenta lo nunca dicho de su matrimonio con Ortega Cano.
Ana María Aldón sigue dando espectáculo. Esta vez, la modista se ha sometido a una hipnosis en directo ante la atenta mirada de Emma García y su Fiesta. Gracias a poder meternos en su cerebro, hemos podido descubrir algunos de sus traumas más ocultos, como por ejemplo el parto con Ortega Cano en prisión. La colaboradora ha revelado que mientras nacía su hijo, ella lloraba porque su familia le había dado la espalda. De hecho, fue un momento de lo más duro, pues Gema estuvo a punto de no salir del hospital por un soplo en el corazón.
"Yo en el embarazo y en el parto estuve muy acompañada, pero me volví a ver sola con otra criatura. Mi niño tenía un año cuando su padre estaba en Zaragoza", ha explicado en Fiesta. Tras el parto, la diseñadora alquiló una vivienda para estar más cerca de su marido, que estaba ingresado en prisión. "Aquella situación era horrorosa, el verme sola de nuevo con otro hijo", ha señalado.
En cuanto al poco apoyo de la familia del torero, Aldón ha explicado que "yo lo que recuerdo es que durante todo el embarazo fueron muy duros conmigo. No me conocían absolutamente de nada. Les tapaban la cara, les ponían un micro y hablaban lo más grande de mí". Ha sido entonces cuando Emma García ha dado paso a la publicidad y José Ortega Cano ha llamado a la periodista Beatriz Cortázar.
"No está nada contento con las cosas que se han dicho. Con cómo ha descrito Ana María la soledad que vivió cuando estuvo en Zaragoza. Él y su familia no están nada conformes con lo que se ha descrito", ha trasladado la periodista, algo que ha enfurecido a Aldón. "Yo en ningún momento me he referido a nadie. Me he referido a que otra vez me veía sola, sin el padre y sin mi familia. Yo no puedo hablar. No tengo derecho a hablar, porque todo sienta mal. Después de todo el respeto que estoy teniendo, me estoy cansando mucho de no tener derecho a nada", ha sentenciado.
"Los dos primeros meses yo estuve sola con mis dos hijos. ¿Si yo me siento sola no tengo derecho a decirlo? Lo que no entiendo es porque cuando ha tenido que haber una reacción a otras palabras no la ha habido. Yo no tengo derecho a estar dolida con nada. Otros sí, pero yo no. Yo no estoy diciendo que los demás no hicieran nada, estoy diciendo lo que hice yo. Si yo tengo que solucionar algo es con mi marido, no con todo el mundo, como siempre", ha culminado, entre la emoción y la furia que tanto le caracteriza.
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