Más sincera que nunca
La confesión más dura de María José Campanario sobre su enfermedad
¡Muy fuerte!
El rey Carlos III no pudo contener la emoción durante su primer discurso público desde que anunció que padece cáncer, en la conmemoración del 80 aniversario del Desembarco de Normandía. Esta significativa fecha, que tuvo lugar en junio de 1944, marcó el inicio de la liberación de Europa occidental de la ocupación nazi. Los actos conmemorativos comenzaron en Portsmouth, Reino Unido, un día antes del aniversario oficial, donde se reunieron autoridades, veteranos y miembros de la Familia Real Británica, entre ellos el rey Carlos III, la reina Camilla y el príncipe Guillermo. La princesa de Gales no asistió debido a su tratamiento contra el cáncer.
El Primer Ministro británico, Rishi Sunak, leyó el histórico discurso del mariscal de campo Montgomery, que fue dirigido a las tropas antes del desembarco. El príncipe Guillermo también tomó la palabra, honrando a los valientes soldados y compartiendo una conmovedora carta escrita por el Capitán Alastair Bannerman a su esposa la mañana del Día D. En sus palabras, el príncipe destacó la fortaleza y el sacrificio de los jóvenes combatientes, muchos de los cuales eran adolescentes sin experiencia previa en combate.
Posteriormente, Carlos de Inglaterra, quien ha cumplido con sus obligaciones oficiales a pesar de su estado de salud, dirigió su primer discurso público desde el anuncio de su enfermedad. Carlos III inició recordando las palabras del mariscal Montgomery y el honor de luchar por la libertad. Visiblemente conmovido, el rey habló de los casi 160,000 soldados británicos, de la Commonwealth y aliados que se reunieron en Portsmouth y otras costas británicas el 5 de junio de 1944, preparándose para la misión más grande y peligrosa de sus vidas.
Carlos III evocó la mezcla de emociones que debieron sentir esos soldados: orgullo, ansiedad y miedo. Mencionó cómo, aún hoy, los veteranos recuerdan con claridad desgarradora los horrores de aquel día. Resaltó la importancia de honrar y recordar el sacrificio de esa generación, instando a las futuras generaciones a no olvidar su legado.
El rey subrayó el esfuerzo colectivo que llevó a la victoria aliada, desde las tropas en primera línea hasta aquellos que trabajaban en fábricas, minas y campos, contribuyendo de manera crucial al esfuerzo bélico. Concluyó su discurso haciendo un llamado a valorar y honrar siempre a quienes sirvieron, comprometiéndose a mantener viva la memoria de su sacrificio y a estar a la altura de la libertad que ellos aseguraron con tanto costo.
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