Todo sobre la gala más explosiva de 'Gran Hermano 2024': Expulsiones, resurrecciones y traiciones, los poderes que lo han cambiado todo
¡Bombazo!
Una gala llena de giros inesperados ha sacudido Guadalix: expulsiones, regresos impactantes y poderes secretos que han cambiado por completo las reglas del juego en Gran Hermano 2024.
Tomasso carga duramente contra Maica en 'Gran Hermano 2024'! "Dentro de la casa no la soporta nadie"
La última gala de Gran Hermano 2024 ha sido un auténtico terremoto emocional para los habitantes de Guadalix de la Sierra y, por supuesto, para la audiencia. Los misteriosos superpoderes anunciados por la organización han dejado una huella imborrable en el concurso, haciendo de este episodio uno de los más impactantes de su historia. Jorge Javier Vázquez reveló cada uno de los poderes, que iban desde lo más inofensivo hasta lo devastador.
Entre los concursantes, algunos tuvieron la suerte de quedarse con objetos simbólicamente vacíos, como el cáliz de Luis o la bota de agua de Nerea. Sin embargo, fue el ventilador de Edi el que desató el caos. Este contenía el poder de la expulsión fulminante, un arma de doble filo que el gallego no pudo esquivar. La víctima de esta decisión obligatoria fue Maica, quien tuvo que abandonar la casa en medio de lágrimas y la incredulidad general. Pero la historia no acabó ahí: la decisión fue remitida al público, que a través de una votación relámpago, optó por darle una segunda oportunidad, reincorporándola en el juego.
Por su parte, Jorge, el militar de la edición, no se quedó atrás con el llamado poder de las cadenas. Este le permitió imponer la nominación eterna a uno de sus compañeros, y su elección fue Daniela. La joven, que había obtenido el paraguas del Super Big Bro, no pudo utilizarlo para salvarse, ya que las reglas explícitas prohibían su aplicación sobre un nominado eterno.
Manu Vulcán protagonizó otro de los momentos más destacados al utilizar el poder de la resurrección. El gaditano escogió entre todos los expulsados hasta la fecha y sorprendió a pocos al traer de vuelta a Laura Galera, quien había dejado el concurso apenas una semana antes. Con esta decisión, la tensión en la casa no hizo más que aumentar, especialmente entre quienes pensaban tener ventaja en las alianzas del juego.
El poder de veto, que recayó en manos de Juan, fue dirigido contra Óscar, prohibiéndole nominar de forma permanente. Este giro dejó al alicantino con una clara desventaja estratégica, que podría convertirse en un punto de inflexión en las dinámicas de poder dentro de la casa.
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