El desafío inminente del envejecimiento de la población

Solo en los próximos siete años el número de andaluces con más de 65 años aumentará un 22,2% y en 2050 tres de cada diez superarán esa edad. Este cambio demográfico incrementará la demanda de servicios sanitarios, especialmente en áreas relacionadas con enfermedades crónicas y el cuidado de larga duración, generando una presión considerable sobre el sistema sanitario. Es uno de los desafíos principales que se pusieron sobre la mesa el pasado miércoles en las jornadas ‘El Servicio Andaluz de Salud ante el reto demográfico: claves para afrontar este desafío’, organizadas por Grupo Joly con la colaboración de Viatris Fundación para la Salud. El encuentro pivotó en torno a las conclusiones del informe que, bajo el mismo título, ha publicado esta Fundación.

En la apertura del encuentro, João Madeira, presidente de la Fundación Viatris, señaló que “la sanidad española, y en concreto la de Andalucía, es una de las mejores del mundo, con indicadores sobresalientes como la esperanza de vida más alta en la Unión Europea. Sin embargo, la sanidad andaluza enfrenta retos como consecuencia de cambios sociales como, por ejemplo, el envejecimiento de la población”.

Además, los avances tecnológicos y una mayor exigencia por parte de los ciudadanos están impulsando una creciente demanda de servicios sanitarios. “Esto requiere inversiones sustanciales en infraestructuras, equipamiento, tecnología y personal sanitario. Sin embargo, financiar todas estas inversiones no es tarea sencilla y puede afectar la calidad y accesibilidad de los servicios”, explicó Madeira.

Respecto a la gestión del medicamento, destacó las iniciativas relacionadas con los sistemas de dispensación personalizada de medicamentos (SPD), que organiza la medicación sólida oral para los pacientes, especialmente los mayores polimedicados. “Este servicio busca mejorar la adherencia al tratamiento y garantizar que los pacientes tomen su medicación de manera correcta y en el momento adecuado”.

Por último, destacó el rol de la digitalización de los servicios sanitarios como una “transformación esencial para mejorar la eficiencia y facilitar una atención más personalizada”. El encuentro contó con la participación de Rocío Hernández, consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, que hizo hincapié en la magnitud del reto demográfico, “no solo para el Servicio Andaluz de Salud, sino para todos los servicios públicos de nuestro país”. “En Andalucía, somos afortunados: la esperanza de vida es de 82 años, 79 para los hombres y 84 para las mujeres. Sin embargo, no solo queremos vivir más, sino vivir mejor, con una mayor calidad de vida, y ahí es donde intervenimos”, explicó Hernández, matizando que “el sistema sanitario influye solo en un 20% en la salud y la enfermedad de las personas. El resto lo determinan factores sociales, económicos y genéticos”.

“Por eso -añadió- es fundamental la colaboración entre administraciones, profesionales sanitarios y la ciudadanía. Necesitamos que la sociedad participe activamente en su propia salud y abandonar el modelo paternalista en el que las decisiones recaen exclusivamente en el sistema sanitario”.

Asimismo, apuntó a otro desafío importante para Andalucía. Un millón y medio de andaluces viven en municipios de menos de 10.000 habitantes, y 1,6 millones tienen más de 60 años. “Esto genera dificultades en el acceso a los servicios sanitarios. Además, enfrentamos una falta de profesionales sanitarios, un problema que se conocía hace años y que debía haberse abordado con planificación; ahora debemos encontrar soluciones para hacer sostenible el sistema y garantizar una atención de calidad”, expuso.

Durante su intervención, Hernández adelantó las cinco líneas maestras del Plan de Atención a la Cronicidad 2025-2028, basado en cinco líneas estratégicas. En primer lugar, la promoción de la salud desde edades tempranas. Además, hizo alusión a la atención personalizada, orientada a la estratificación de la cronicidad para adaptar los cuidados a la complejidad de cada paciente.

En tercer lugar, el plan abordará la prevención de hospitalizaciones innecesarias, con “refuerzo de visitas domiciliarias, hospitalización en casa y monitorización remota”. Asimismo, considera clave la aplicación de nuevas tecnologías en Atención Primaria y formación continua de profesionales y la digitalización, contemplando el desarrollo de la teleconsulta y la telemonitorización para facilitar el acceso a la atención sanitaria.

Por último, aprovechó la cercanía del 8 de marzo para recordar “el retraso diagnóstico que sufren muchas mujeres debido a que priorizan el cuidado de sus seres queridos antes que su propia salud”. “Por eso, es esencial incorporar un enfoque de género en la atención sanitaria”, añadió.

El coloquio central de la jornada contó con la participación de Alfonso Carmona, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Médicos; Víctor Bohórquez, tesorero del Consejo Andaluz de Enfermería y presidente del Colegio de Enfermería de Sevilla; Antonio Mingorance, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos; y Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes.

La mesa redonda abordó temas clave como el envejecimiento de la población, la sostenibilidad del sistema sanitario, la formación de profesionales, la digitalización y el papel de la atención primaria.

Ahondando en el reto del progresivo envejecimiento de la sociedad, lo que conlleva un aumento en la demanda asistencial y en la prevalencia de enfermedades crónicas y polimedicación, los cuatro ponentes propusieron, entre otras cuestiones, mayor planificación y estabilidad para los profesionales, innovación en la gestión para mejorar la eficiencia, desburocratización, colaboración entre profesionales y entre niveles asistenciales y asumir el reto de la digitalización sin renunciar a la humanización de la asistencia.

Alfonso Carmona destacó la necesidad de “reforzar la formación médica, garantizando la calidad asistencial y apostando por la docencia y la tutorización de nuevos profesionales”. Insistió en que el déficit de médicos “no se soluciona solo con más facultades de medicina, sino con una mejor planificación de especialidades y la integración de hospitales privados en la formación de residentes”.

Víctor Bohórquez, señaló la importancia de “cambiar el modelo biomédico hacia un enfoque centrado en el paciente y en el trabajo en equipo de enfermeros, con médicos y farmacéuticos”. Asimismo, enfatizó la “necesidad de aumentar la ratio de enfermeros en Andalucía”, que sigue siendo inferior a la media nacional y europea.

Por su parte, Antonio Mingorance resaltó el papel clave de las farmacias en la atención sanitaria, especialmente en zonas rurales. Indicó que “la capilaridad de la red farmacéutica andaluza permite un contacto cercano con los pacientes crónicos, facilitando el seguimiento de la adherencia terapéutica y contribuyendo a la sostenibilidad del sistema”.

Andoni Lorenzo, dando voz a la perspectiva de los pacientes, puso en valor la importancia de la participación activa de los usuarios en la toma de decisiones sanitarias. Hizo hincapié en “la necesidad de establecer mecanismos de consulta permanente con las asociaciones de pacientes para garantizar una sanidad verdaderamente centrada en ellos”.

Otro de los temas que afloraron en el coloquio fue la necesidad de mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos sanitarios. Alfonso Carmona defendió la colaboración entre el sector público y el privado para optimizar la asistencia, destacando que los médicos trabajan en ambos ámbitos con la misma formación y criterios.

Asimismo, los ponentes coincidieron en la necesidad fundamental de desburocratizar la labor de los profesionales sanitarios para que puedan centrarse en la atención clínica. “Muchas tareas administrativas podrían ser delegadas en personal de apoyo o gestionadas mediante herramientas digitales”, señaló Carmona.

Mingorance advirtió sobre la creciente presión sobre la financiación del sistema sanitario y la necesidad de medidas de eficiencia, como mejorar la coordinación entre niveles asistenciales y optimizar la gestión del gasto farmacéutico.

El encuentro propició también algunas reflexiones sobre las oportunidades de la digitalización en la sanidad y el emergente impacto de la IA. Si bien se reconoció que la telemedicina y la inteligencia artificial pueden aportar mejoras en la gestión del tiempo y los recursos, los ponentes coincidieron en que “la digitalización no debe reemplazar la relación directa entre el profesional sanitario y el paciente”, señaló Andoni Lorenzo. “Nos preocupa que la digitalización implique cierta desconexión con la parte humana de la atención sanitaria”, añadió.

Alfonso Carmona expresó preocupación por la brecha digital, especialmente entre las personas mayores; y Bohórquez destacó que la digitalización debe ir acompañada de una estrategia formativa para pacientes y sanitarios.