Científicos de Brasil crean cascos de respiración artificial para reducir hasta un 60% la intubación de los pacientes Covid
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El casco ya ha pasado por las pruebas clínicas necesarias y está siendo muy útil para pacientes con complicaciones respiratorias por Covid-19.
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Científicos de Brasil, uno de los países más azotados por la pandemia del coronavirus, han creado un casco de respiración artificial desarrollado a bajo coste en el estado brasileño norooriental de Ceará que reduce entre un 60% y un 65% la intubación de pacientes en unidades de cuidados intensivos (UCI) internados por coronavirus, según informó este domingo el Gobierno regional.
El equipo, bautizado con el nombre de Elmo y que pasó por pruebas clínicas y fisiológicas, está siendo usado en 23 de los 27 estados brasileños. En el caso de Ceará, uno de los mayores de la región Nordeste, atendió 3.000 pacientes de la red pública en seis meses, con una reducción de entre el 60% y el 65% de la intubación.
Tal y como recoge el medio colombiano El Tiempo, los investigadores responsables de este invento, de la Escuela de Salud Pública de Ceará, el Fondo Cearense de Desarrollo Científico y Tecnológico (Funcap), la Federación de las Industrias del Estado de Ceará (FIEC), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Senai) y las universidades Federal de Ceará (UFC) y de Fortaleza (Unifor), se inspiraron en los estudios llevados a cabo en los años noventa por médicos italianos que usaron máscaras de buceo para tratar otros tipos de coronavirus.
Su producción se llevó a cabo en tiempo récord, y permitió que el casco llegase a la red pública y con un coste estimado de fabricación de entre 1.200 y 1.500 reales, comparativamente bajo en relación con otros respiradores artificiales. El paciente permanece en promedio con el casco durante siete días, a veces hasta las 24 horas diarias, pudiendo ser retirado para su alimentación, y no es recomendado para personas con claustrofobia.
El dispositivo es fabricado con silicona y PVC y su diseño y mecanismo permite el suministro de oxigeno de “alto flujo”, cubriendo totalmente la cabeza del paciente y ajustado al cuello para evitar el paso de aire, pero sin ningún tipo de sondas invasivas y evitando expeler el gas carbónico del paciente. Además, según señalan sus autores, no deja secuelas en los pacientes como si puede ocurrir con la intubación.
La empresa Esmaltec, responsable de la producción a gran escala de este casco, ha entregado hasta ahora 8.800 unidades, la mayoría a la red pública y las patronales industriales.
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