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El problema de agotamiento, cada vez más frecuente en los trabajadores, que no es el 'síndrome burnout'

Investigación y Tecnología

Suele corresponderse con un tipo de perfil perfeccionista, competitivo, con alto sentido de la responsabilidad, obsesivo y adicto al trabajo

Las vacaciones reducen ligeramente el agotamiento y las dolencias asociadas al trabajo, pero sus efectos desaparecen entre las dos y cuatro semanas después de volver

Sisifemia: cuando la carga la laboral es constante

¿Qué es la ergofobia y cómo podemos combatirla para no tener miedo a la vuelta al trabajo?

Mujer en la oficina con cansancio extremo / Freepik
Mercedes Fernández - Colaboradora

10 de septiembre 2024 - 07:30

Agotamiento emocional, actitud negativa, sentimiento de ineficacia o fracaso en las actividades profesionales son, entre otras, las características que definen al 'síndrome burnout' que experimentan muchas personas y que, a pesar de estar de vuelta de las vacaciones, lo siguen experimentando.

De hecho, según un estudio publicado en la revista Journal of Occupational Health, después de un gran análisis, determina que las vacaciones reducen ligeramente el agotamiento y las dolencias relacionadas con el trabajo, pero sus efectos van desapareciendo nada más poner el pie en la oficina y entre las dos y las cuatro semanas después de incorporarnos, volvemos a estar igual que antes de irnos de vacaciones. 

Sin embargo, un nuevo concepto aparece. Se está convirtiendo en nuevo problema que, cada vez, sufren más los trabajadores. Se llama sisifemia, tiene unos riesgos para la salud que se describen en la publicación de un informe del Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales de Andalucía (LARPSICO). Este término se asocia con la idea de estar atrapado en un ciclo interminable de esfuerzo sin recompensa, fruto de un cansancio extremo por estar o haber estado trabajando bajo presión durante mucho tiempo.

"La persona siente que, a pesar de sus esfuerzos, no alcanza los resultados deseados"

Según la revista CuídatePlus, no está recogido de forma oficial en los manuales de diagnóstico médico o psicológico, pero "permite designar un tipo de actitud en el trabajo que todo el mundo ha conocido en algún momento". Una persona que sufre sisifemia suele corresponderse con un tipo de perfil perfeccionista, competitivo, con alto sentido de la responsabilidad, obsesivo y adicto al trabajo.

Todos estos rasgos parecen positivos, pero según aclaran los expertos, realmente tiene una connotación negativa ya que solo llevan a un estado de desequilibrio "entre lo que se 'debe hacer y lo que puede hacerse' en la jornada de trabajo." 

Diferencias con el 'síndrome burnout'

El síndrome de burnout surge principalmente en contextos laborales donde hay una sobrecarga crónica de estrés, excesivas responsabilidades o demandas que superan la capacidad del individuo para gestionarlas. Este estado se caracteriza por el agotamiento emocional, la pérdida de motivación y una desconexión progresiva del trabajo.

"La sisifemia se refiere más a la percepción de inutilidad en la tarea"

La persona siente que, a pesar de sus esfuerzos, no alcanza los resultados deseados, lo que lleva a un ciclo de desgaste físico y emocional. El burnout está vinculado a expectativas sociales y profesionales elevadas, donde la presión constante lleva a una sensación de agotamiento profundo.

Por otro lado, la sisifemia tiene una connotación más filosófica y existencial. A diferencia del burnout, que está relacionado con la intensidad del trabajo, la sisifemia se refiere más a la percepción de inutilidad en la tarea. No es necesariamente la cantidad o el nivel de esfuerzo lo que agota a la persona, sino el sentimiento de que lo que está haciendo carece de propósito o no lleva a ningún resultado significativo.

"La sisifemia tiene consecuencias como agotamiento y dificultad para conciliar el sueño"

Aquí, la frustración no proviene del exceso de demanda, sino de la naturaleza repetitiva y aparentemente vacía de la actividad en la que está inmersa la persona, lo que genera un profundo malestar y desconexión con el sentido de la vida o el trabajo.

No hay solución sin prevención. Por un lado, para manejar el burnout tenemos que emplear herramientas que nos ayuden a manejar el estrés y por otro lado, la sisifemia necesita más una reorientación hacia la búsqueda de un significado y propósito en la vida o el trabajo.

Consecuencias para la salud de tener sisifemia

A nivel psicológico, una de las principales secuelas es el sentimiento de frustración constante, que puede derivar en apatía, por lo que la persona puede verse dentro de un círculo vicioso en el que no parece verse el fin, sumiendo a la persona en un estado de desesperanza y falta de motivación para afrontar nuevas situaciones.

Por ello, tampoco es raro que la persona trabajadora comience a sufrir trastornos de ansiedad e incluso depresión. La repetición de actividades percibidas como vacías o sin sentido sumado a la sensación de que sus esfuerzos no siven para nada afecta considerablemente al bienestar emocional, en el que la autoestima se ve perjudicada.

La sisifemia no solo tiene consecuencias psicológicas, sino también físicas como agotamiento, dificultad para conciliar el sueño, con la consecuente afectación a la calidad del mismo hasta el punto de despertarse ya cansado. Todo esto tiene un impacto negativo en el sistema inmunológico y en la capacidad del cuerpo para recuperarse.

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