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El cáncer supera a la enfermedad cardiovascular como principal causa de mortalidad en países con ingresos altos, llegando a duplicar las muertes producidas por las enfermedades cardiovasculares. En España, según el informe del Instituto Nacional de Estadística, constituye la segunda causa y alcanza el 27,86 de los fallecimientos. Una vía para frenar el ascenso en la mortalidad de la enfermedad es el uso de ciertos quimioterapéuticos aprobados en la práctica clínica podrían ser eficaces para tratar la respuesta de los tumores ante la falta de oxígeno (hipoxia), uno de los procesos más relevantes en la malignización tumoral y que aún carece de inhibidores clínicos específicos aprobados. Así lo ha descubierto un grupo de investigación del Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra (IPBLN) de Granada, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En la población masculina los responsables del mayor número de muertes fueron el cáncer de pulmón, colorrectal y próstata, mientras que en mujeres fueron el de mama, colorrectal y pulmón. Los resultados del estudio, publicado en “Redox Biology”, muestran que los fármacos inhibidores aprobados para ciertos tipos tumorales podrían ser útiles contra otro tipo de tumores.
La hipoxia o falta de oxígeno es un evento común durante el desarrollo del tumor que se produce a consecuencia del crecimiento tumoral acelerado. En las partes internas del tumor aparecen zonas de baja concentración de oxígeno cuando la masa supera unos ciertos centímetros cúbicos de tamaño.
La adaptación a la falta de oxígeno implica la expresión de cientos de genes relacionados con el mantenimiento de la supervivencia celular a través de la adaptación del metabolismo. Dicha adaptación facilita la supervivencia celular, el crecimiento tumoral, la migración y la metástasis. La respuesta hipóxica se asocia con una supervivencia general deficiente en los pacientes, menor supervivencia libre de enfermedad y un control terapéutico del tumor. Es fundamental encontrar estrategias terapéuticas que contrarresten la hipoxia tumoral.
El estudio demuestra la utilidad de utilizar quimioterapéuticos aprobados para inhibir la proteína Parp-1 para bloquear la respuesta a la hipoxia tumoral mediada por Hif-1α, elemento central en la malignización tumoral.
“Con ello proponemos que el uso de inhibidores ya aprobados en clínica para ciertos tipos tumorales podría expandirse a otros nuevos, ampliando los beneficios que dichos inhibidores podrían presentar en la clínica”, afirma el investigador del CSIC Javier Oliver, del IPBLN.
El grupo de investigación continuará explorando el efecto de estos inhibidores sobre la respuesta a la hipoxia. Las líneas de investigación incluyen desde ampliar el estudio con otros inhibidores, hasta realizar estudios in vivo para observar en ratones el impacto que estos inhibidores de Parp-1 tienen sobre la progresión tumoral ligada a la hipoxia.
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