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80 años regalando Galicia a los paladares de San Fernando

El histórico Bar Los Gallegos afronta su recta final fiel a sus raíces e identidad y sin relevo generacional que asegure la continuidad del negocio

San Fernando dice adiós a más de 80 años de buenos churros y papas fritas

Los hermanos José (derecha) y Manuel Sixto (izquierda) llevan décadas al frente del Bar Los Gallegos. / Domingo Migueles

San Fernando/Probar el mejor pulpo a la gallega de San Fernando es un delicioso hábito que tiene los días contados. Esa es la triste realidad. En un par de años el histórico Bar Los Gallegos, uno de esos negocios isleños de los de toda la vida, echará la baraja para siempre. Para entonces este establecimiento cumplirá nada más y nada menos que 80 años dedicado al sacrificado oficio de la hostelería. Casi nada...

Y ese momento llegará cuando se retiren los hermanos al frente de este negocio: Manuel y José Sixto. Nadie en la saga familiar continuará este legado, ya que los caminos laborales de los hijos e hijas de ambos no ha seguido la senda dela hostelería. Por lo tanto, no nos queda otra que aprovechar mientras se pueda disfrutar de estos manjares del norte y del agradable trato que siempre nos brinda sus trabajadores. “Vamos a cumplir los dos años que nos quedan del contrato de alquiler y cerraremos”, adelanta Manuel.

Ambos hermanos reconocen que cuando ese día llegue les pegará un pellizco en el corazón, pero también admiten que se irán a casa con la satisfacción que sólo aporta el trabajo bien hecho y el deber cumplido. “No ha sido nada fácil aguantar tantos años al frente del negocio, siendo fieles a nuestras raíces y señas de identidad y esforzándonos por ajustar siempre los precios para que fuese un bar asequible para los clientes”, recalcan.

Pero lo cierto es que el bar que inició su camino allá por agosto de 1947 poco tiene que ver con el templo de la gastronomía gallega que es hoy. “Cuando nuestro padre Cesáreo llegó de La Estrada estuvo trabajando en varios establecimiento hosteleros, primero en Cádiz y luego en San Fernando. El local en el que estamos fue arrendado hace 78 años por un tío nuestro y otro socio, anteriormemente fue una confitería, y nuestro padre comenzó a trabajar con ellos en cuanto lo convirtieron en un bar. Al poco tiempo se hizo cargo del negocio. En su primera etapa el bar se llamó ‘Los dos gallegos’ y era un güichi. Un sitio humilde en el que servía vino, algún que otro guiso o tapita y se jugaba a las cartas”, explica Manuel.

No fue hasta mediados de los 70 que el Bar Los Gallegos introdujo el pulpo. “Todo fue a raíz de una persona de Sanlúcar que nos ofreció comprar pulpo. Entonces no era como ahora y el pulpo no era ni mucho menos un producto tan popular o valorado. Casi nadie lo quería. Pero nosotros nos arriesgamos y decidimos ofrecerlo. Como buenos gallegos que somos sabemos prepararlo bien y entendíamos que la gente terminaría por disfrutarlo. Y así fue, desde entonces no hemos dejado de vender pulpo y es uno de nuestros platos estrella, de esos por los que nos visitan”, detalla Manuel.

El equipo de trabajo de Los Gallegos. / Domingo Migueles

Su hermano José lo tiene claro: “el secreto de un buen pulpo a feira es que el producto sea de calidad y saber darle el punto de cocción”. También aclara que todo el pulpo que hoy se consume en bares y restaurantes no viene de Galicia. “Es imposible que se pesque tanto pulpo en Galicia, mucho viene de Marruecos, incluso parte del que allí comen los propios gallegos”.

A principios de los 80 le tocó el turno a los vinos de Galicia y poco después fueron llegando productos como la empanada, el caldo gallego o la tarta de Santiago. “Recuerdo que en el 81 viajamos a nuestra tierra para acudir a un bautizo y no dio por traernos dos cajas de ribeiro para probar si gustaban en el bar. Se vendieron del tirón, gustaron mucho y desde entonces tuvimos que preocuparnos siempre de estar bien provistos de vinos de Galicia. Antes no era nada fácil encontrarlos aquí, ya que ningún supermercado o gran superficie los tenían. En cuanto a la empanada nos la hace un compañero que también es gallego y lleva toda la vida en la hostelería”, indica Manuel.

Los hermanos Sixto, en la fachada de su negocio con el reconocimeinto que esta semana les entregó Asihtur. / Domingo Migueles

Los hermanos echan la vista atrás y recuerdan que durante estos años han desfilado todo tipo de personalidades por su bar. “Entre los clientes habituales estaba Camarón de La Isla y también ha pasado mucha gente del mundo del toro por aquí cuando había corrida”, explican.

Es cierto que le destino de este bar ya se conoce, pero eso no debe impedirnos seguir disfrutando cada día de su buen hacer. Cada día en Los Gallegos es un día por el que brindar (y si es con albariño o ribeiro mejor que mejor...).

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