Adiós al colegio Virgen del Carmen

Dentro de tres días dejará de escucharse para siempre el característico bullicio de los niños por los pasillos del centro. Los últimos 75 alumnos que quedan en la escuela de Educación Infantil Nuestra Señora del Carmen se marcharán de vacaciones y darán carpetazo a los 40 años de vida del colegio. Su historia acabará ahí.

El centro, en el que han emprendido su trayectoria escolar miles de isleños y que en 2007 pasó de Defensa a manos de la Junta de Andalucía, cerrará sus puertas por una polémica decisión de la delegación territorial de Educación que muchos no aciertan todavía a comprender. Para el Virgen del Carmen -como se le conoce al colegio en La Isla- no existirá el curso 2016-17. Eso se sabe desde que hace tres años se dejaran de ofertar plazas en este centro, lo que inició una cuenta atrás irreversible y puso límite a la vida de esta escuela de Infantil, un centro -por otro lado- único, muy demandado por los padres y con un modelo educativo exclusivo y singular. Solo había alumnos de Infantil -de tres a cinco años- así que todo giraba específicamente en torno a los más pequeños: el proyecto educativo, la comunidad docente, el funcionamiento del colegio... Era la clave. En otros centros la atención y los recursos tienen necesariamente que repartirse entre las unidades de Infantil y los seis cursos de Primaria, una situación por completo diferente. Y por eso también en el Virgen del Carmen -un colegio pequeño, de solo 225 alumnos- todos se sentían a gusto: niños, padres, profesores, el personal que trabajaba en el centro... Funcionaba a la perfección.

Ahora, en esta escuela de Infantil emplazada frente al Cecilio Pujazón, entre la barriada Bazán y Carlos III, aprovechan los últimos días de clase para recoger y hacer las maletas en silencio. Basta con mirar a las caras de una plantilla veterana, en la que casi todos rondan los 30 años de trabajo continuado en estas mismas instalaciones, para saber lo doloroso que les resulta dejar un colegio para empezar de nuevo en otro sitio. Aunque no es solo por eso. Todos se han implicado con entusiasmo en esta escuela de Infantil, en sus proyectos, en su filosofía y su manera de enseñar... Y todo -lamentan- desaparecerá en poco tiempo. Es duro. Hace unos días, en la celebración del último acto de graduación no pudieron evitar que corrieran las lágrimas. "Lo hemos pasado muy mal", constata la directora, María Albendea. Están dolidos y sienten manipulados políticamente por unos y otros.

Pero ya es inevitable. El colegio cierra sus puertas. Y lo hace precisamente cuando el acusado descenso de alumnos que se ha registrado en la última campaña de escolarización ha dejado aulas prácticamente vacías y ha hecho que de nuevo cobren fuerza voces que defienden la enseñanza pública frente a la concertada. He ahí la paradoja: "Se cierra un centro público que estaba lleno de alumnos, que tenía demanda, que está equipado y en perfectas condiciones y se mantienen abiertos otros en los que sin embargo solo se han matriculado a cinco o seis alumnos", lamenta la directora.

Parece que las airadas y sonadas protestas que hace tres años desencadenó el anuncio del cierre del Virgen del Carmen se han acallado con el paso del tiempo, pero en realidad el malestar sigue muy presente y la decisión adoptada en su día sigue siendo objeto de muchas dudas. En la escuela de Infantil están convencidos: "La decisión no responde a una cuestión de planificación o a un criterio técnico", sostiene la directora. Y eso es lo peor. De hecho, el jefe de planificación ni siquiera llegó a visitar el centro. Fue una decisión política. A la vista está -apuntan- que hoy no se han adoptado medidas similares a pesar de que hay colegios que apenas han registrado unas cuantas solicitudes. No se trata de una decisión encuadrada en un proceso de reorganización del mapa escolar, insisten. Solo hay un centro que ha tenido que cerrar: el Virgen del Carmen.

"Cuando iba a las reuniones con los directores de otros centros tenía que aguantar que me dijeran que mi colegio no tenía sentido que siguiera abierto. No querían que siguiéramos", lamenta la última responsable del Virgen del Carmen.

"Yo creía verdaderamque nos iban a quitar una línea, pero no que fueran a cerrarlo", explica. De hecho, apenas unos años antes, Educación había llevado a cabo una potente inversión para la puesta a punto de la escuela y para la adquisición de equipos y material informático para los alumnos. Además, se había impulsado el proyecto de centro bilingüe, aprobado por la Junta, que hacía poco que se había puesto en práctica. Es decir, que nada hacía indicar que el colegio no fuera a continuar abierto.

Al final, explica, cuando empezaron las protestas por el cierre, Educación optó por abrir dos líneas de Infantil en los centros de referencia, los CEIP Vicente Tofíño y Juan Díaz de Solís, donde el grueso de estos alumnos continuaban luego sus estudios. Pero la suerte del Virgen del Carmen estaba echada. No había marcha atrás.

"Hoy el Ayuntamiento habla de participación. Y hemos visto lo que ha pasado con la playa canina y la consulta que se está llevando a cabo. Pero entonces se recogieron 13.000 firmas para pedir que el centro siguiera abierto y se ignoraron. No sirvieron de nada". apunta, por su parte, Enrique Fuentes, administrativo del centro y presidente además de la cercana asociación de vecinos El Pino.

En el centro quedan cinco docentes, el administrativo, una ordenanza y la limpiadora. Algunos ya tienen plaza en otros centros tras optar a un concurso de traslado. Otros siguen a la expectativa. Educación -afirma- no ha dado ninguna instrucción específica acerca de cómo proceder con el cierre del colegio, con el material educativo, el mobiliario... Nadie ha dicho nada, insisten. Hay planes para que la Escuela de Oficial de Idiomas se traslade allí, pero ni siquiera existe todavía un proyecto de adecuación. Cuando llegue septiembre, el Virgen del Carmen no será ya un colegio. Será simplemente un edificio cerrado.