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Alejandro Díaz: "La metáfora 'un Egipto en miniatura' se repite sobre las salinas de San Fernando"

El periodista isleño publica el segundo volumen de Salinas de San Fernando. Historia e historias de un patrimonio de la ribera gaditana a través de las fuente hemerográficas

"Las salinas de San Fernando eran un puente con el resto del mundo"

Un broche festivo en las salinas

Alejandro Díaz, con el segundo volumen sobre 'Salinas de San Fernando'. / D.C.

Salinas de San Fernando. Historia e historias de un patrimonio de la ribera gaditana a través de las fuentes Heremográficas (1800-1975). Volumen II: Aspectos etnográficos y culturales es el título del volumen que recoge la segunda parte de la tesis doctoral que el periodista AlejandroDíaz escribió sobre estos espacios productores en el siglo XIX y buena parte del siglo XX y que acaba de ver la luz. "Mucha gente me preguntaba y a pesar de estar muy liado he dado el paso de sacarlo ya", comenta el autor sobre este trabajo en el que confió desde el principio la editorial Kaisen.

Frente al primer libro, más centrado en la investigación de la historia, este segundo es "más amable, por así decirlo, sobre las costumbres, el folclore. Me interesaba lo anecdótico". Por eso se detiene, por ejemplo, en cómo se refieren durante décadas escritores, poetas, periodistas o viajeros al paisaje salinero. "La metáfora que más utilizan es un Egipto en miniatura por las pirámides de sal", explica.

Díaz no ha escrito dos libros sobre las salinas, aclara, dado que mucha gente así lo cree. Es el mismo trabajo, la misma tesis doctoral, que hubiera ocupado más de 1.000 páginas si se hubiera publicado al completo. "La editorial decía que era excesivo y yo no quería recortar", admite, por lo que aprovecharon que el propio trabajo tenía esa división. "Mi directora de tesis me decía que podría ser perfectamente dos tesis. Como dos trabajos académicos independientes, aunque complementarios entre ellos", cuenta.

En esta segunda parte se dedica a las costumbres, al folclore, insiste, de ahí que desarrolle cuestiones como los paisajes, el modo de vida en las salinas, las referencias a la mujer salinera, la presencia en la cultura, la literatura, el deporte. "No solo me centro en las salinas en su hábitat sino también en las representaciones sociales más inmediatas", señala el autor.

Un capítulo lo dedica al paisaje de las salinas de San Fernando. "Aunque abarca un ámbito mayor, todas las fuentes se refieren de esta forma a las salinas de la Bahía de Cádiz. Cádiz tenía otras cosas, Chiclana se centraba más en la huerta, Puerto Real tenía más explotaciones pero no tiene esa vinculación. Supongo que era porque San Fernando siempre fue sede del concierto salinero", justifica.

"Empiezo hablando sobre cómo los diferentes escritores, poetas, periodistas, literatos, articulistas o viajeros, he consultado libros de viaje o de memorias –como cuadernos de bitácoras–, han percibido el paisaje durante todo el siglo XIX y el siglo XX. El primer testimonio recogido es de Antonio Pons que es de finales del siglo XVIII", concreta. Esas referencias son sobre las pirámides de sal, "que no nos hacemos una idea del tamaño, eran enormes". "Muchos escritores la comparaban siempre con un pequeño Cairo. Es uno de los recursos estéticos, de las metáforas, que más utilizan siempre, la de un Egipto en miniatura", desvela.

Otra parte de este segundo volumen trata sobre el trabajo en las salinas, con un intento de "recrear la forma de ser, el aspecto, las costumbres de lo que es el salinero prototípico, con base en testimonios de los distintos documentos consultados". Alejandro Díaz hace referencia a la cadena de labor, algo ya contado pero en su obra tiene un valor añadido: "Me baso en testimonios antiguos, cómo se reflejaba en la prensa, el soporte que a mí me interesa, y no la considero una fuente secundaria, porque recoge informaciones en tiempo real. Si hay una crónica de lo que ha pasado el día anterior es una fuente primaria. Es testigo directo de la realidad del momento", defiende. Aporta datos "no importantes" pero que permiten reconstruir "la cotidianidad de la realidad del momento". "Me interesa la micro historia, el anecdotario, algo que no está en los grandes libros de historia, ni en un protocolo notarial, ni en un acta capitular", abunda.

El autor de Salinas de San Fernando. Aspectos Etnográficos y Culturales reconoce que se ha recreado en las mujeres. "Siempre se cuenta que el trabajo en las salinas es un trabajo de hombres, que es verdad, pero el capataz tenía una mujer e hijas, y me interesaba las referencias a su forma de vida", expone. Es el ama de casa "pero en un territorio más hostil". No ha sido fácil encontrar esa información, pero por eso "he intentado que los testimonios estuvieran filtrados por el prisma femenino. Por ejemplo, cuando he tirado de testimonios orales, siempre que he pedido, he preguntado a mujeres, para que compartieran conmigo datos de las mujeres de esas familias". "Eso sí, las niñas también eras hormiguillas", matiza.

Esa visión sobre las mujeres vinculadas a las salinas se extiende a las referencias de la mujer salinera en la literatura, en poesía, relatos, novelas cortas, "sin rigor histórico, pero interesante desde el punto de vista de la anécdota". También se dedica páginas a la salinera como capataza, la esposa del capataz, y el origen de la figura de la salinera como se conoce hoy como reina de la Feria del Carmen y de la Sal. "Viene de los juegos florales, que en los años 60 se le da el sobrenombre de la sal, con todo el sentido porque la flor de sal es el tipo de sal muy cotizada", precisa. Estas gestas literarias tienen su origen en el sur de Francia en la Edad Media, que se recuperan en España en el siglo XIX con el Romanticismo. A finales de ese siglo se realizan los primeros en Cádiz y en 1924 se organizan por primera vez en San Fernando. De esa corte de damas que eran objeto de los poemas y piezas literarias surge la figura actual.

"Quería ver si había relación entre la capataza y la reina de la feria y no la hay. Estas eran gente de "alta alcurnia". Como mucho había la hija de un dueño de salina, no la salinera humilde", deja claro Díaz. La primera salinera de la Feria con ese título es María Luisa Montero en 1979, "ahí la cosa se va popularizando".

El libro hace un importante recorrido de las salinas de San Fernando en la cultura, "sus repercusiones sociales, culturales, en las artes plásticas, en la literatura". Un capítulo se detiene en las grandes exposiciones, que servían como feria de muestras, con presencia en eventos internacionales en París o Londres.

Recoge además las obras pictóricas que se inspiran en este ámbito. "El cuadro más importante es de Salvador Viniegra", menciona. La pista se le pierde tras en las primera mitad del siglo XX, tras haber estado expuesto en el Ayuntamiento. "Está en paradero desconocido. Creo que sería interesante que la administración local encargara una copia, e incluso hacer reproducciones para entregar de regalo", propone.

Incluso señala a Rafael Alberti y José María Pemán como los dos autores que más escriben sobre las salinas gaditanas. También hace referencia a las peticiones del monumento al salinero, ahora en Gallineras.

Los interesados pueden hacerse con un ejemplar en la librería Bozano en San Fernando, aunque Alejandro Díaz apunta a que el primer volumen también estuvo disponible en librerías de localidades del entorno, como Manuel de Falla, de Cádiz.

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