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San fernando/"Para estar a la altura de nuestro tiempo". La frase pronunciada por el doctor Antonio Campos en su intervención en la Real Academia de San Romualdo, recordando a Ortega y Gasset, explica la razón de por qué dentro de la Histología, la rama de la Medicina que trata los tejidos, se decantó por dar el paso del estudio y la investigación a la ingeniería tisular que en esos momentos, los 90, comienza la vía de la creación de tejidos para la curación de las personas. Fue uno de los detalles que ofreció a los presentes en el centro de congresos con su conferencia Piel Artificial, del laboratorio a la clínica.
Campos hacía un repaso a la evolución de la humanidad y de las técnicas de responder a las enfermedades para poner el acento en el cambio de era que ha supuesto la medicina sustitutiva. El dolor, la enfermedad y la muerte siempre han estado presentes y se han usado mecanismos para calmar, buscado una explicación y ofrecido consuelo. "Hay un hilo conductor", comentaba sobre la evolución en la búsqueda de la sanación durante mucho tiempo a partir de cuatro formas: la química -en referencia al uso de las plantas medicinales pero también de las píldoras-, la física -a través del calor, del frío o las radiaciones-, la cirugía -con el cuchillo más rudimentario hasta los robots actuales- y la palabra -la palabra amiga o la del psicólogo o el psiquiatra-. "En los últimos tiempossurge una nueva forma con células y tejidos", añadió para mencionar esa medicina sustitutiva que usa órganos, células o tejidos. Esto cambia la Histología, reconoce, al pasar del estudio y la investigación para conocer los tejidos y hacer así buenos diagnósticos a la ingeniería tisular que permite curar.
Su aparición creó mucha expectativas, lo que implicó además momentos difíciles y lo que calificó como "medicina del salvaje oeste", que hizo complicado discernir entre ciencia y negocio. Esto obliga a fijar medidas de control y seguridad, una regulación desde la Unión Europea que define el concepto y los criterios para considerar las células y los tejidos como medicamentos, los ensayos clínicos y las excepciones hospitalarias, sobre lo que Campos habló a la hora de hablar del proceso de fabricación de los tejidos. Para ser considerados medicamentos, señaló, las células y tejidos siguen un proceso previo a la aplicación: la detección del problema médico, el diseño del tejido, la investigación préclinica, la autorización legal, la elaboración y el ensayo clínico o el permiso especial para aplicarlo sin ese ensayo. Por todo ello pasó la cornea artificial que su equipo consiguió crear en 2005 y que mejoró en 2011, después vendría la piel y ahora se centran en un paladar.
En la piel se detuvo para dar detalles: desde el aislamiento de células y la elaboración de una matriz celular. "Teníamos que sustituir la dermis por un biomaterial", apuntó. También estaba la fabricación y, dentro, un proceso de nanoestructuración para conseguir que el elemento fuera manejable y poder suturarlo. El ensayo, expuso Antonio Camposo, se hizo en laboratorio y en vivo en animales para comprobar que la piel funcionaba "magníficamente". En este punto el conferenciante se detuvo para agradecer el apoyo económico público, en su caso especialmente de la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas.
Después llegaría un paso duro, el de la autorización. Es la Agencia Española del Medicamento la que debe aprobar el tejido como medicamento a partir de un examen exhaustivo. "Para cultivar la célula se usa un suero bovino fetal, que se utiliza en toda Europa. Pero no, tenía que ser de Australia que no había tenido ni un caso de vacas locas", puso de ejemplo. Finalmente se autoriza para uso compasivo, sin tener que experimentar en pacientes. Tras ella llega su elaboración. El primer paciente será una mujer, de 29-30 años, con el 75-80% de su cuerpo quemado. "Jamás pensé cuando era estudiante, y compartía los laboratorios de Histología, que iba a trabajar para terapéutica", reconoció ante la audiencia.
"Estamos en los albores de una nueva era de la medicina y por tanto de la humanidad. Nos quedan tantos interrogantes, horizontes a los que llegar...".
Hasta el 8 de mayo puede visitarse en el centro de congresos la exposición Ramón y Cajal y la escuela española de Histología. La muestra ofrece detalles de la aportación al conocimiento del tejido nervioso de Santiago Ramón y Cajal y sus discípulos Jorge Tello, Nicolás Achúcarro, Pío del Rio-Hortega y Fernando de Castro. Se trata de una de las más relevantes aportaciones al conocimiento de la estructura y la función del cuerpo humano, pues a partir de ellas se definieron las bases de la fisiopatología. En ella colaboran la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, la Fundación RAMAO y la Real Academia de San Romualdo.
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