El Ayuntamiento de San Fernando revisará el estado de las farolas tras caerse una por la corrosión en la calle Arenal

San Fernando/La corrosión fue la causa que originó la caída de la farola de la calle Arenal sobre uno de los pasos de peatones que conduce hasta el parque Almirante Laulhé, un punto especialmente transitado tanto por peatones como por los vehículos que a diario circulan por esta céntrica zona. Aunque el incidente, afortunadamente, no llegó a causar daños personales ni materiales.

El suceso ocurrió en la tarde del pasado jueves, aunque no trascendió hasta este lunes cuando el PP de San Fernando lo denunció a través de las redes sociales para recriminar al gobierno municipal la falta de mantenimiento urbano.

El Ayuntamiento isleño ha reconocido que la farola se cayó por la corrosión de la base del báculo, si bien ha señalado también que recientemente se había llevado a cabo una revisión del alumbrado público en la que no se había detectado ningún problema ni se había advertido de peligro alguno en estos elementos urbanos a causa de su mal estado.

En todo caso, a raíz de lo ocurrido y dada las graves consecuencias que este incidente podría haber arrastrado, el Consistorio ha anunciado que va a llevar a cabo una revisión generalizada de las farolas de la vía pública, especialmente de aquellas que por su antigüedad o condiciones puedan presentar un peor estado de conservación.

La corrosión, debido tanto a la humedad como al efecto continuado que a lo largo del tiempo presentan por los orines de los perros, es la principal causa que afecta a deterioro de estos elementos urbanos, que han protagonizado ya más de un sonado incidente en este sentido.

De hecho, en el pasado mes de julio AxSí San Fernando denunció también la caída de una farola en la plaza de Las Alegrías, en Camposoto, que a pesar de todo se mantuvo encendida al llegar la noche -a ras del suelo- desatando las críticas de los vecinos.

Hace justo un año, en septiembre de 2020, la Delegación de Mantenimiento Urbano anunció la instalación de un novedoso sistema (UltraProtek) en 4 farolas de la ciudad -a modo de prueba, se entiende- con el objeto de garantizar un mejor mantenimiento de estos elementos urbanos y "alargar la vida útil de los báculos". El sistema, principalmente, consistía en un revestimiento que se aplicaba a la base de las farolas para protegerla de la humedad y de los orines de los perros.