Bahía Sound: Zenet y su música llegan este sábado a San Fernando

El artista malagueño, que acaba de lanzar 'Zenetianos', un sorprendente disco de duetos, toma el relevo en los conciertos de verano en La Isla con una velada en la que contará con destacados invitados

Foto: Zenet, en concierto, en una imagen de archivo (Javier Albiñana). Vídeo: uno de los temas de 'Zenetianos'.
Arturo Rivera Barrera

16 de julio 2021 - 15:21

San Fernando/Zenet (Antonio Mellado Escalona) llega este sábado al escenario de Bahía Sound para poner su inconfundible sello personal a las noches del verano isleño. La gira del artista malagueño, que acaba de lanzar su último trabajo discográfico, Zenetianos, hará escala en San Fernando con el firme propósito de compartir "una nueva velada entre amigos", donde el espíritu de este sorprendente disco de duetos compartidos con artistas como Javier Ruibal, Rozalén, Silvia Pérez Cruz, Vanessa Martín o Miguel Poveda, entre otros, seguirá estando presente en un prometedor directo que contará con destacados invitados.

"Queríamos que ese concepto de Zenetianos, esa sensación de amigos cantando juntos sobre el escenario pasando una velada estupenda continuara en los directos", explica. Fernando Lobo, Clara Montes o Milián Oneto -adelanta- serán algunos de los artistas que está previsto que le acompañen en este concierto al aire libre que se llevará a cabo junto a Bahía Sur y que dará comienzo a las 21.30 horas.

Zenetianos -el adjetivo inventado que da nombre a su último trabajo discográfico, lanzado en plena pandemia- ha pasado también a convertirse en un apelativo cada vez más utilizado para referirse a los seguidores de una música que se ha dicho que resulta "inclasificable", una mezcla de géneros como la copla, los boleros, el tango que habla con lenguaje de jazz y que, sobre todo, tiene un sello muy muy personal. De ahí que se defienda con cierto orgullo lo de zenetiano.

"El proyecto Zenet comenzó hace algo más de 10 años y cuando uno empieza con una compañía independiente se va haciendo su parroquia poco a poco, pero el efecto descubrimiento dura toda la vida. Es decir, todo el que entra en nuestra parroquia se queda porque tiene esa sensación de haber descubierto algo que es distinto. El que descubre mi mundo sonoro siente también de pronto que ese descubrimiento es suyo, personal, particular... Y se hace un poco dueño de ello" afirma.

El artista malagueño, de hecho, echa en falta en España "una estructura de producción más ancha" y "menos fina y monocorde" que diera también cabida a las "minorías" de la música. Y eso que los tiempos han permitido cierta democratización con las nuevas tecnologías: "Ahora hay cosas de muchísima calidad y de muchísimo talento que estamos escuchando que antes no habrían pasado el filtro de las compañías", apunta.

Reconoce que en los conciertos, a pesar de las restricciones a las que obliga la pandemia, se notan las "ganas" del público, tanto que a veces resultan díficiles de contener y a veces se palpa cierta frustración entre la gente por las limitaciones que todavía persisten. Si el año pasado se estaba pendiente del número de contagios, ahora -apunta- los conciertos dependen de la tasa de incidencia mientras el mundo de la música y de la cultura intenta abrirse paso y se procura dar con el formato más seguro para que el público pueda seguir disfrutando de los directos.

"El verano pasado, los primeros conciertos a los que iba la gente después del confinamiento fueron muy emotivos, había una sensación terapéutica. Ahora lo que se percibe es que la gente está harta de mascarillas y quiere levantarse y ponerse a bailar", dice. Eso sí, cuenta, desde los escenarios se ha aprendido "a ver sonrisas en los ojos de la gente y detrás de las mascarillas".

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