El Barrero, el último gran parque de La Isla

San Fernando/Laura tiene cuatro años y le encanta ir al parque del Barrero cuando no tiene que ir al colegio. Lo que no puede imaginar es que este parque apenas le dobla la edad. En el pasado mes de abril, El Barrero cumplió su primera década de vida. Y es, todavía hoy, la última gran zona verde que se ha inaugurado en el centro de la ciudad. Su apertura se hizo de rogar durante años pero hoy se ha convertido en algo más que un punto de encuentro o en u n espacio de recreo. Es un rincón imprescindible para los isleños. Las fiestas de cumpleaños que a menudo se celebran en este espacio, al aire libre, dan buena cuenta de ese papel social que El Barrero -como ya hiciera el parque del Oeste- ha asumido desde que abriera al público allá por el año 2007.

"Se puede decir que el parque es un animalillo con vida propia. El público que tiene es totalmente diferente según la hora del día", explica Enrique Huelva, uno de los responsables del bar del parque. Aunque a pesar de que este pulmón de la localidad cumple ya diez años aún hay isleños que no conocen su estado actual. "Hay gente de La Isla que se siguen sorprendiendo cuando visitan el parque, siguen pensando que tiene el aspecto que tenía cuando eran jóvenes", comenta Huelva que cree que eso se debe a su "ocultamiento" tras los bloques de pisos del Almendral.

Claro que hay que tener en cuenta también que este parque no solo ha sido testigo de celebraciones particulares, una costumbre en alza. Desde su apertura se han llevado a cabo diferentes iniciativas por parte no solo de los diferentes gobiernos locales, sino de entidades isleñas de todo tipo se han dado cita en este enclave.

Entre las últimas actividades que se han llevado a cabo aquí se incluyen los talleres de yoga y tai-chi que se han impartido este verano. Pero también ha servido de escenario para otras citas más 'movidas'. El pasado año acogió el Picnic Music Festival. Una jornada maratoniana que el 9 de julio llenó El Barrero de actividades desde por la mañana. Hubo actuaciones para los más pequeños y, llegada de la tarde, conciertos de grupos locales y de la provincia para todos los gustos. "A nosotros nos tocó tocar en una de las horas de más calor", recuerda el cantautor isleño Luis G. Lucas que fue uno de los primeros en tocar aquel día. "Aún así, la experiencia fue muy buena. El Barrero es un parque en el que fluye una energía muy especial. Creo que es un lugar al que se le puede sacar mucho partido a nivel cultural", admite.

Este año se ha transformado este Picnic con el que se consiguió llenar El Barrero de público hasta bien entrada la noche en el Meridiano Cero Festival. Este renovado encuentro musical también gozó del calor del público isleño que no duda en tomar el parque para realizar cualquier tipo de convivencia.

Así lo han hecho también los scouts isleños, que han realizado diversos encuentros escultistas con diferentes asociaciones que han visitado la ciudad. Incluso, ha visto los primeros pasos de nuevas entidades isleñas como fue el caso de la asociación Unidos por la Diabetes, que celebró en este parque una de sus primeras acciones para conocer a personas interesadas en unirse a la asociación y pasar una tarde de convivencia en septiembre del pasado año.

Las recreaciones históricas también han sido habituales en el entorno de la celebración del Bicentenario en este enclave. Voluntarios de la Guardia Salinera y asociaciones napoleónicas se daban cita en el parque para la recreación de batallas o para que las tropas recreasen la jura de la Constitución de 1812 como cierre de las actividades realizadas en torno al 24 de septiembre.

El parque ha ido cambiando con el paso de los años. Alumnos de los colegios locales y usuarios de UPACE han ido plantando algunos de los árboles bajo los que ahora los usuarios buscan la sombra. Son diez años ya del Barrero.