El CTI alcanza el 87,5% de inserción laboral en sus cursos de soldadura
35 de los 40 alumnos del curso pasado que habían obtenido el título ya habían conseguido empleo en diciembre de 2007. 20 todavía estaban en prácticas · La media de contratación supera el 70%
Las cifras son espectaculares: 60 alumnos, 20 todavía terminando su periodo de formación y los otros 40 ya disponibles en el mercado laboral; y de ellos, 35 con un puesto de trabajo. Ésos son los datos que el Centro de Técnicas Industriales (CTI) de San Fernando maneja desde finales del año pasado, la última comprobación de la situación de los participantes en los cursos de soldadura y tuberías-calderería que se desarrollaron en 2007.
Además de ellos, tres prefirieron continuar con su formación y sólo dos permanecían entonces en las listas de desempleo a la espera de un trabajo. Sin embargo, los responsables del centro, su director, José Luis Sordo, y los dirigentes de la Junta de Andalucía, como el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, que preside este consorcio, son conscientes de las posibilidades que abre para los participantes este centro, del que muchos salen con conocimientos y práctica suficientes para cumplir con las exigencias de las empresas que trabajan en el sector, grandes compañías como Navantia y Dragados o empresas más pequeñas que también se mueven en este ámbito, incluso las auxiliares. Cubren de algún modo sus necesidades, especialmente ante la escasez de personal en estos oficios tras las crisis navales vividas en la provincia de Cádiz, que culminaron con muchas prejubilaciones y la marcha a otras mercados de profesionales cualificados.
El porcentaje de inserción laboral de 2007, el 87,5%, se encuentra por encima de la media del CTI, que supera en algunos puntos el 70%. La variación se producía al permanecer todavía un tercio de los alumnos, 20 concretamente, en la fase de prácticas en empresas, y que al no tener el título no se contabilizan entre los que se incorporan al mercado laboral. Según explican desde el centro, algunas cuestiones de última hora retrasaron la finalización del periodo formativo, que suele estar concluida en el mes de octubre -después de 9 meses, unas 1.000 horas-.
Los alumnos se reparten en cinco cursos, 12 en cada uno. En cuatro se forma en soldadura y en otro, como tuberos y caldereros. Las clases teóricas, para las que disponen de seis aulas en entreplanta, van acompañadas de prácticas. Para ello cuentan con una nave de unos 800 metros cuadrados, con cabinas para cada alumno, mesas y materiales para los trabajos de soldadura. En otros puntos del centro se realizan los proyectos finales de calderería y de trabajo de tubero, con la estructura de un barco, para instalar las conducciones en cuestión y un simulacro de caldera.
Este consorcio, formado por la Junta de Andalucía, en un 90%, y el Ayuntamiento isleño lleva diez años funcionando. Este año hará once. Es una institución que ofrece lo que se conoce como Formación Profesional Ocupacional (FPO), que se puede entender perfectamente como complemento de la FP con especialidades no contempladas en esas enseñanzas. Un ejemplo claro es el centro formativo existente en Córdoba sobre Joyería, o en Almería sobre Mármol. En la provincia gaditana existen dos, este antiguo centro de Soldadura de San Fernando y la Escuela de Hostelería de Cádiz. Su ventaja sobre la FP radica en la facilidad para adaptar los contenidos a las demandas del mercado.
El CTI cuenta con una persona que orienta a los alumnos sobre las posibilidades del mercado laboral, empresas navales, plataformas petrolíferas o empleados para infraestructuras -como los puentes-. También para estructuras que trabajan con el aluminio, por ejemplo, para muebles. Ahí llegan, incluso, ofertas de empresas. Como ahora, que han recibido una solicitud de profesionales para el País Vasco.
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