Un Carnaval tardío que llena la calle

No había excusas para quedarse en casa. Eso debieron pensar ayer cientos de isleños cuando se encontraron con un día perfecto, una mañana de domingo primaveral y calurosa y una cabalgata que la ciudad disfrutó con una semana de retraso y que llevó a este Carnaval tardío a adentrarse de lleno en la Cuaresma, compartiendo escenario urbano con algunos actos cofradieros, también multitudinarios, como el certamen de bandas que la hermandad de las Tres Caídas celebró a mediodía en la plaza de San José.

Los contrastes de este peculiar domingo depararon así imágenes más que curiosas en una jornada que, aunque pudiera parecer contradictoria, La Isla vivió sin complejos, imbuida en un espíritu festivo que calentaba el radiante sol primaveral y que la hostelería del centro aprovechó con entusiasmo, con bares y terrazas repletos en los que resultaba prácticamente imposible encontrar mesa y una auténtica odisea pedir una cerveza.

Tal vez, sólo eso -la multitud de isleños que disfrutó en la calle Real, los bares y restaurantes llenos- justificaba de entrada la decisión que adoptó Fiestas para celebrar la cabalgata de Carnaval una semana más tarde ante la imposibilidad de hacerlo el día en el que estaba previsto a causa de una oportunísima lluvia que cesó nada más suspenderse el evento. Las cosas del mal tiempo.

La calle Real, a primeras horas de la tarde de ayer, era una auténtica feria, un hervidero de gente. Y, necesariamente, hizo replantearse la cuestión de si no sería mejor adelantar siempre la hora de salida de la cabalgata, dada la repercusión que tuvo este popular evento infantil. Ya se verá en 2012.

El centro, llegado el mediodía, se comenzó a animar con la estrepitosa llegada de las bandas de cornetas y tambores y agrupaciones que se dieron cita en el certamen cofrade de la plaza de San José. Los niños, disfrazados, jaleaban el pasacalles de los músicos uniformados con sus mejores galas, que se abrían paso por la calle Real, entre los numerosos vendedores de globos, para desembocar en la céntrica plazoleta. Una imagen, por lo menos curiosa.

La cabalgata, con su derroche de papelillos y serpentinas, se hizo esperar en el centro hasta cerca de las dos de la tarde. Una hora clave en la que la calle Real se encontraba en plena efervescencia y el calor apretaba. Papás y mamás echaban mano de los botellines de agua para aliviar los sudores de los niños que aguardaban al sol de la primavera la llegada de las primeras carrozas y a los que los disfraces empezaban ya a sobrar.

Los personajes de la película Avatar, del Pato Donald, Dora la exploradora y Mani Manitas, además de un pasacalles de Egipto, sirvieron para recrear las distintas carrozas que desfilaron a lo largo de toda la calle Real hasta terminar la cabalgata a las tres de la tarde. Las colombinas de La Isla se encargaban de cerrar la comitiva infantil. Y también el Carnaval de 2011.