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San Fernando/La Casa de Papá Noel ya ha abierto tus puertas en San Fernando una nueva Navidad. Los niños y mayores podrán disfrutar de ella, del momento especial de saludar y hablar con el hombre de rojo y barbas blancas, hasta el día 24 de diciembre, este año ubicada en la Plaza del Rey.
Alrededor de la Casa de Papá Noel aguarda el momento de la llegada de Santa un gran número de personas. Muchos niños, pero también una gran cantidad de adultos, porque de estos momentos mágicos también disfrutan de lo lindo los mayores.
Su espera es más amena, quizás por más cercana a las estancias instaladas en la Plaza del Rey. Ante el árbol de Navidad que preside desde el centro de la superficie. La estampa desde unos metros de distancia, desde la calle Real, es curiosa: el Ayuntamiento, con parte de sus adornos, de fondo; el pico del abeto de corona y la casa con techo a dos aguas en primer plano y como escenario de esta cita. Por eso quienes están en sus proximidades están más entretenidos. Quienes aguardan desde las dos de la tarde puede que incluso hayan presenciado el trasiego previo para dejar todo listo para el evento.
Quieres se agolpan en torno al hogar de Papá Noel no solo escuchan los primeros villancicos o canciones típicas de estas fiestas, como quienes están el otro extremo de la cola para entrar, también asisten al espectáculo de baile que unas jóvenes, y un chico, despliegan vestidos de elfos y renos. Esa música es el aviso de que todo empieza, de que pronto Santa Klaus estará en este lugar céntrico de San Fernando, de que las puertas de su casa se abren para acoger a los pequeños, y sus familias.
Papá Noel no usa en este recorrido por la calle Real para llegar a su casita de cuento trineo, lo tiene aparcado a un lado del acceso, sino que se desplaza en un imponente coche de época, y cuando ya está a unos metros es recibido por los primeros niños, y adultos, entusiasmados, que agitan sus manos a modo de saludo y gritan encantados. Escoltado por la Policía Local, el vehículo se para que su ocupante principal tenga la atención que se merece, la recepción oficial del Ayuntamiento, de la alcaldesa Patricia Cavada.
Ahí llega una nueva sorpresa: no viene solo, y no es que cuente con la compañía de algún elfo de su séquito, que también, sino que trae a su mascota, un perro que responde al nombre de Rocky, que pasa de la tranquilidad a la excitación en este rato de magia. Como él, otros perros pueden acceder a la casa con los niños si estos se animan a llevarlos consigo.
Rocky realiza con Papá Noel el acercamiento a los niños que observan detrás de la barrera y que sonríen cuando estos se acercan. Los villancicos siguen sonando, y los copos de nieve artificial crean ambiente aunque el frío ya está incorporado al día. Los volverán a ver ya dentro de la casa.
La estancia tiene múltiples detalles: desde alfombras a un gran sofá que bien acoge a los niños que a veces entran en grupo; desde una mesa central a una auxiliar con teléfono antiguo, fotografías o campanilla de llamada; desde un aparador con cartas, velas y figuras navideñas de adorno a una vitrina con un juego de café y algunos libros; desde una chimenea con una gata de peluche dormida junto a la lumbre a más peluches, regalos envueltos y un árbol de Navidad con luces.
Todo ayuda para admirar a los pequeños. La primera en acceder es Lola, también fue una de las primeras el año pasado. Sus padres han estado haciendo cola desde las dos de la tarde. Algo menor ha sido la espera del padre de Rafael, el segundo en sentarse junto a Papá Noel o en su regazo. Después de ellos entra un grupo grande, la familia Pérez, ocho niños de distintas edades que hablan con el centro de atención de la tarde y posan para la foto que sus padres quieren tomarles. Uno grupo de seis niños, todos compañeros de una clase de 5 años del colegio Compañía de María, les da el relevo y rodean a Santa que en este caso escucha atentamente quiénes son cada uno de ellos, que son compañeros de clase y lo que cada uno de ellos ha pedido para estas navidades. Sus madres ríen, "no paran".
Papá Noel se levanta para saludar a los niños que se asoman por una de las ventanas laterales, mientras quienes están a punto de entrar se hacen foto en el trineo o en la casita de nieve que adornan la entrada. Los siguientes en saludar al hombre de rojo son Leo, Marina y Jimena. Aún quedan muchos más niños por cumplir la misión de la tarde: entregar su carta, saludar a Santa o hacerse fotos en esta bonita casa que un año más abre en San Fernando.
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