Cocinero, y Papá Noel por un día

Con una rutina muy marcada: desayuno en la Tapería, compras en la plaza, atender las cuestiones de asesoría y contabilidad y pasado el mediodía a la cocina, Javier González Rodríguez ha conseguido, tras tiempo de dedicación y esfuerzo a su negocio, encontrar huecos para él en ese ajetreado día y algo de tiempo para su novia y los suyos los domingos por la noche, "y últimamente también los lunes". Incluso, ahora, inmerso en plena vorágine navideña, ha logrado escaparse unas horas para encarnar a uno de los personajes entrañables de estas fiestas, el Papá Noel que recorrerá algunas calles del centro el día 23 con la cabalgata de Acosafe. Es posible porque es martes, "un día controlable", y, además, añade sonriente, "gracias al equipo de cocina y de sala en el que puedo confiar".

Tres años y casi nueve meses lleva abierta la Tapería De Javier, un establecimiento hostelero que se ha labrado un clientela fiel durante esta andadura y que ya prepara su ampliación -con el local que tiene al lado- para los próximos meses. "El 7 de enero cerramos para hacer las obras necesarias, con la intención de abrir en febrero, a ver si antes de Carnavales", explica Javier sobre sus planes, que muestran el buen funcionamiento del negocio.

Pero mientras esa fecha no llega, el calendario le indica que es época de trabajo, "¡cómo todas las fiestas!". Porque los ciudadanos quieren disfrutar e inundan las calles, para comprar regalos; "y almuerzan en la calle, y cenan en la calle. Se toman unas tapas. Se beben su cerveza o su copa", añade.

La enorme cantidad de trabajo de las navidades no es nueva para él, por estos años al frente del negocio, pero también por la tradicional familiar. "Es que somos una familia que trabaja la Navidad. ¡Imagina, si toda mi familia se dedica a los juguetes!. Siempre hemos tenido muy presente el tema de los regalos, de ser una fiesta de familia. Es nuestra época fuerte", recuerda. Tanto para Juguetón, la empresa de su padre, como para la Tapería, que se impregna de ese ánimo festivo de los ciudadanos.

Fue precisamente su padre el que le preguntó la misma mañana de la cena de confraternidad de Acosafe si quería, y podía, hacer de Papá Noel para los niños isleños. "También se lo habían propuesto a otros señores, con la talla más correcta de Papá Noel -bromea sobre la vestimenta y los complementos con los que tendrá que caracterizarse para la cabalgata-. Seguro que van a tener que ponerme mucho relleno".

Ese día, como ya ha reconocido, se escapará para sumarse a una de las diversas actividades de fomento del comercio y de la hostelería que se dan en estas fechas. Dejará por un ratito sus fogones, a los que presta todo su esfuerzo desde 2011. "Abrí en una época difícil, pero cada vez estamos más fuertes. El sitio [en plena calle Real] es super importante", comenta, convencido, antes de volver a la cocina.