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San Fernando/El listón estaba alto, había ido subiendo a medida que avanzaba la noche en el Bahía Sound Day, y no defrauda. Antón Álvarez Alfaro, C Tangana, muy bien rodeado de amigos, y más importante, extraordinarios músicos, responde a las expectativas con un espectáculo pleno en el que va más allá del rapero, más allá del popero, más allá de él. ¿O Pucho ya era todo esto?
El Madrileño, nombre del disco sobre el que gira la cita con el Bahía Sound, pero también alter ego del artista en esta gira, aleja a C. Tangana de sus orígenes raperos. ¿Los ha abandonado? No parece probable, porque mientras desecha incluir temas tan reconocibles entre el público como Mala Mujer -de ritmos caribeños y afrobeat, que sí suenan en la velada- abre el concierto con Still Rappin y pone todo su énfasis en el hip hop de Tranquilísimo. Así se quedan los asistentes, que Don Antón lo ha dejado claro.
Pero la transformación, no se puede decir metamorfosis que la esencia sigue ahí, resulta evidente: los estilos que suenan, los músicos que le acompañan, la estética que pone en escena -desde el club privado de mesas y lamparitas, o camarero de pajarita, hasta la mesa de jaleo flamenco-. Te olvidaste suena a bolero; Ateo -con una inconmensurable Nathy Peluso que vuelve a escena para derrochar con el protagonista complicidad y química- suena a bachata; Demasiadas Mujeres parece techno y folclore español; Me maten tiene ecos flamencos. Hay hueco para recordar a Navajita Plateá, Ketama y Alejandro Sanz; para ofrecer alguna referencia a Camarón (para eso pisan tierra isleña) y hasta para que los músicos se luzcan, especialmente con el sonido llamativo de las marchas de Semana Santa.
El espectáculo tiene como protagonista principal a C Tangana, pero el artista hace subir a su productor, Alizzz -otro que vuelve a pisar el escenario de Caño Herrera en esta cita musical-; y deja espacio al Niño de Elche, a Ismael de la Rosa, Bola; o Yeray Cortés. Son solo algunos ejemplos del talento que lo rodea en esta propuesta, ecléctica de apariencia y de sonido, a la que el público responde: canta, baila, salta y grita.
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